El sindicato ACAIP reclama un nuevo protocolo de actuación ante las agresiones. Un funcionario de la prisión de Botafuegos en Algeciras fue herido en la mañana de ayer por un interno con una amplia trayectoria penal.
El agresor, de 40 años de edad, entró por primera vez en prisión en el año 2004 por comisión de múltiples delitos como lesiones, atentado a la autoridad, salud pública, robo con violencia, quebrantamiento de condena, falso testimonio o amenazas y está condenado a penas privativas de libertad que suman más de 29 años de prisión.
A todo ello hay que añadir una amplia trayectoria penitenciaria por su inadaptación al régimen ordinario de vida, con un historial de más de 170 expedientes disciplinarios por insultos, amenazas, coacciones, autolesiones, intervención de material prohibido, resistencia a cumplir órdenes y que le ha hecho pasar por diversas prisiones del país como León, Teixeiro, Puerto 3, A Lama, Murcia y finalmente Algeciras.
El suceso se produjo antes del reparto del economato cuando los funcionarios observaron como el interno tenía una sábana manchada de sangre y Betadine amenazando con cortarse el cuello si llegan más trabajadores, pese a ello parecía ser colaborador pero finalmente comenzó a lanzar patadas y golpeó con el puño en la boca a uno de los funcionarios teniendo que ser atendido en la enfermería de la prisión y posteriormente en el hospital, además de amenazar de muerte a otros dos funcionarios.
Se ha pedido a la dirección del establecimiento el traslado del preso a otro centro penitenciario debido a la inadaptación que presenta a esta prisión y más acorde a su actual conducta penitenciaria, así como la puesta en conocimiento de los hechos al juzgado de guardia por si fuere constitutivo de delito.
Desde el sindicato de prisiones ACAIP vuelven a dirigirse al secretario general de Instituciones Penitenciarias, el señor Ortiz, para que finalmente muestre buena fe y atienda las reivindicaciones ininterrumpidas que les vienen señalando sus propios trabajadores, invitándole a terminar de elaborar un nuevo protocolo específico de actuación frente a las agresiones (PEAFA) puesto que el actual está desfasado, caduco, arcaico y obsoleto.
‘Cada 15 horas un trabajador penitenciario es objeto de una agresión, entre otros motivos porque el recluso no tiene miedo debido a que los hechos se tramitan judicialmente como falta y no como delito, por ello las condenas son irrisorias; una de las soluciones pasa por el reconocimiento de agente de la autoridad para todos los empleados penitenciarios, es una reivindicación histórica, pero parece que tampoco se aprobará con el Sr. Ortiz en el cargo’, aseguran.