La OMS calcula como poco que 800.000 personas se suicidan al año y estas cifras no son exactas ya que no recogen los
intentos así como tentativas del mismo. El suicidio no termina con la persona que fallece sino que un entorno queda afectado y muchos de ellos requieren de tratamiento psicológico de por vida.
Siendo un problema de salud pública grave no existe todavía una estrategia para combatir esta situación que parece agravarse día a día de forma silenciosa.
Comenzamos por descartar un falso mito como es hablar de ello ya que escuchar al otro que se siente de esta forma y difundir este programa de acción así como otros alternativos no es “alentar a que alguien más lo haga”.
La mayoría de la gente que se va a suicidad ya avisa con indicadores directos e indirectos. El suicidio es multicausal y no depende solo de una variable.
La conducta suicida no es valiente ni cobarde sino que está asociada a un alto grado de sufrimiento mental y emocional.
Requiere de la atención de un profesional, no es suficiente la fuerza de voluntad para superarlo.
Por ello este artículo es importante su difusión a nivel internacional para que haya cada vez una mayor compresión de este tema de salud pública y que cada vez estemos más concienciados entre todos.
El Ministerio de Sanidad promueve la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales del 024, la recomendación de que contacten con los servicios sanitarios del SNS o la derivación al 112 en los casos en los que se aprecie una situación de emergencia. En caso de emergencia vital inminente puede llamar directamente al teléfono de emergencias 112.
Este panfleto a modo de artículo lo promueven el autor social Jesús Antonio Fernández Olmedo en mandorla con José Ordoñez Policía Nacional jubilado y anterior Jefe del Departamento de Extranjería.