Gibraltar, eje estratégico en el nuevo despliegue naval

Londres lanza su mayor rearme desde la Guerra Fría y refuerza el papel estratégico de Gibraltar

El Reino Unido ha dado este lunes un giro clave en su política de defensa. El primer ministro Keir Starmer ha anunciado la construcción de doce nuevos submarinos de ataque de propulsión nuclear, en lo que supone el mayor programa de rearme británico desde el fin de la Guerra Fría. El objetivo es claro: disuadir la amenaza rusa y prepararse para un escenario internacional cada vez más inestable.

Desde el astillero de BAE Systems en Govan, Glasgow, Starmer confirmó que el nuevo programa —enmarcado dentro del acuerdo SSN-AUKUS junto a Estados Unidos y Australia— contempla la fabricación de un submarino cada 18 meses. Esta nueva clase sustituirá progresivamente a los actuales submarinos Astute, mientras que los cuatro futuros Dreadnought reemplazarán a los Vanguard. Con ello, la Royal Navy espera contar con una flota de 16 submarinos de última generación para finales de la década de 2030.

El plan incluye una inversión de 15.000 millones de libras (unos 17.700 millones de euros) destinada a modernizar las capacidades militares del país. Además de submarinos, se contempla el desarrollo de drones, destructores, misiles de largo alcance y aeronaves equipadas con inteligencia artificial. “La mejor forma de disuadir a los Estados hostiles es demostrar que estamos preparados”, afirmó el primer ministro.

Gibraltar, eje estratégico en el nuevo despliegue naval

En este nuevo contexto de seguridad internacional, Gibraltar adquiere una relevancia renovada. El enclave británico en el sur de Europa se perfila como un punto clave en la logística y operaciones de la futura flota nuclear. Gracias a su posición geoestratégica en el Estrecho y a su infraestructura militar consolidada, el puerto del Peñón se consolidará como base de paso, mantenimiento y control logístico para los submarinos británicos que operen en el Mediterráneo y el Atlántico.

Fuentes del Ministerio de Defensa británico han subrayado recientemente que las fuerzas desplegadas en Gibraltar tienen capacidad para controlar el acceso marítimo al Mediterráneo, lo que refuerza su papel como nodo clave en la estrategia defensiva de la OTAN.

El uso frecuente de las instalaciones gibraltareñas para tareas de aprovisionamiento y asistencia técnica a la flota naval confirma que el Peñón no solo es simbólicamente importante, sino que también será operativo en la nueva era de disuasión militar que plantea el Reino Unido.

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