Algeciras alerta sobre la brecha entre residentes reales y empadronados pese a liderar el crecimiento demográfico comarcal

Aunque Algeciras se consolida en 2025 como el motor demográfico del Campo de Gibraltar, con 126.500 habitantes y un aumento de 1.453 personas en un año, el Ayuntamiento y distintos agentes sociales advierten de que las cifras oficiales podrían no reflejar con exactitud la población real que vive, trabaja y utiliza los servicios de la ciudad. La posible desviación entre residentes efectivos y personas empadronadas vuelve a situarse en el centro del análisis demográfico local.

El incremento algecireño se debe exclusivamente a la llegada de 1.598 nuevos residentes extranjeros, mientras la población española continúa descendiendo —145 empadronados menos—, un patrón que se repite en otros municipios de la comarca. Sin embargo, a pesar de este crecimiento notable, numerosas fuentes municipales sostienen que la ciudad podría albergar a muchas más personas de las que refleja oficialmente el padrón, especialmente en las zonas con mayor movilidad laboral y en los barrios con fuerte presencia de población extranjera.

Algeciras, como principal centro económico y logístico del Campo de Gibraltar, recibe cada año miles de trabajadores vinculados al Puerto, la industria, el comercio y los servicios, muchos de los cuales no regularizan su empadronamiento por desconocimiento, falta de estabilidad residencial o trámites burocráticos. Este fenómeno se acentúa en el caso de colectivos que rotan por contratos temporales o residen con familiares ya empadronados.

A ello se suma el crecimiento de la población marroquí, que alcanza los 7.714 empadronados —el 60,9% del total comarcal—, pero cuya presencia real podría ser aún mayor, según diversas entidades sociales. Su perfil joven (más del 26% son menores de 15 años y el 42,8% está en plena edad laboral) genera una demanda creciente de servicios educativos, sanitarios y sociales que, en ocasiones, supera las previsiones basadas únicamente en los datos oficiales.

La posible brecha entre habitantes reales y registrados influye directamente en cuestiones clave para Algeciras:

Financiación pública insuficiente, si la población efectiva es mayor que la empadronada.

Presión añadida sobre servicios esenciales, como atención primaria, escolarización, transporte urbano o limpieza.

Planificación urbana condicionada, al depender de estadísticas que pueden infraestimar la demanda real.

El Ayuntamiento recuerda que Algeciras actúa como ciudad cabecera del Campo de Gibraltar, un papel que atrae diariamente a miles de personas no empadronadas: trabajadores, estudiantes, usuarios del hospital, visitantes y consumidores. Este flujo permanente crea una ciudad mucho más densa en la práctica que en los registros.

La percepción ciudadana también refleja esta realidad: frente a unos datos que muestran crecimiento moderado, la sensación en calles, colegios, centros de salud y zonas comerciales es la de una Algeciras viva, poblada y sometida a una presión creciente, especialmente en los barrios con mayor dinamismo residencial.

En una comarca que cambia rápidamente su composición demográfica, Algeciras afronta el reto de medir mejor su población real para garantizar una planificación coherente y una financiación ajustada a sus necesidades. Para el principal municipio de la zona, el padrón es solo una parte del retrato: entender la ciudad requiere mirar también a quienes, sin aparecer en las estadísticas, forman parte activa de la vida cotidiana algecireña.

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