La delegada de Urbanismo, Yéssica Rodríguez, que visitó las obras en compañía del delegado de Participación Ciudadana, Jorge Juliá, ha indicado que se trata de una barandilla de gran longitud, unos 160 metros lineales, que estaba totalmente oxidada y que se está reponiendo por otra galvanizada, de más calidad y más resistente a la erosión que ocasiona la salinidad del mar. Se trata de una zona muy expuesta, y tratamos de utilizar los materiales más adecuados, más duraderos, adaptados a la nueva normativa vigente, y que además ofrezcan más seguridad a los ciudadanos que atraviesen el puente, manifestó la delegada.
Precisamente, para no dejar ningún punto del puente sin seguridad, los trabajos para la reposición de la barandilla se están realizando por tramos de seis metros, que se colocan inmediatamente después de que se haya retirado el antiguo. Según la delegada, el objetivo es reponer cada semana unos tres tramos, ya que la barandilla se fabrica en los talleres locales, que tienen que atender otras contingencias. El coste de la actuación es de aproximadamente 6.000 euros.