Estas actividades están integradas en la Oferta Educativa Municipal para este curso elaborada por la delegación de Educación del Ayuntamiento de Algeciras. La delegada de Informática y de Educación, Francisca Pizarro, ha valorado positivamente esta iniciativa, al igual que los responsables de los centros educativos Isla Verde y Al-Yazirat, en los que se está impartiendo. “Se trata de dar a conocer tanto a los educadores todas las herramientas que existen para desarrollar la protección del menor en el acceso a Internet así como la forma de aplicarlas, instalarlas y manejarlas”, comenta Pizarro.
Concretamente, el contenido abordado ha sido el acceso a Internet, la protección al menor, además de la instalación y uso de filtros de contenido. La materia impartida se ha centrado en el Decreto 25/2007, de 6 de febrero, que establece las medidas para el fomento, la prevención de riesgos y la seguridad en el uso de Internet y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por parte de las personas menores de edad. Este se aplica a menores de edad, familias y personas que ejerzan la tutela de personas de menores de edad, profesionales de la educación y de la formación y en general, personas usuarias de TIC, en especial, de Internet que residan en Andalucía.Esta tarea se ha realizado a través de diferentes herramientas como la instalación del programa gratuito, suministrado por la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía; otros productos análogos; y limitaciones que tienen programas de filtrado de contenido.En la actualidad los jóvenes acceden con regularidad a Internet, utilizando páginas web, redes sociales, correo electrónico y juegos en línea. “Este acceso sin control puede conllevar que se tenga acceso a contenidos totalmente inadecuados para el menor, adicciones a determinados servicios. Es, por ello, necesario que los padres o tutores conozcan a que servicios están accediendo y que herramientas para el filtrado de contenidos tienen a su disposición, conociendo tanto su alcance como su limitación”, concluye Francisca Pizarro.
