A los problemas de falta de mantenimiento y de limpieza de fachadas, persianas y jardines, denuncia Triviño, “se debe sumar la imagen ruinosa que ofrece al exterior, amén de la distribución de su aulario, con división de sus antiguas clases en cuartuchos de cuatro o seis metros cuadrados”.
A ello añade “aulas con goteras, aulas sin ventilación alguna, salvo la que entra con la puerta abierta, aulas donde se hace el ambiente irrespirable y donde se hace temer el día en que aumenten algo las temperaturas”.
“A estos fallos garrafales”, -continua declarando Josefa Triviño-, “hay que sumar que, cada vez que llueve, la red eléctrica comienza a fallar, impidiendo que se puedan impartir las clases y haciendo incluso peligrosa la estancia para los alumnos en sus aulas”.
La concejal finaliza su denuncia advirtiendo a Herrera de “la responsabilidad derivada de esta situación, que debe asumirla íntegramente, al no realizar el debido mantenimiento, y no prestar los cuidados mínimos exigibles para mantener abierto este Centro Universitario, al menos con unas garantías mínimas de seguridad e higiene, que posibiliten una mínima calidad docente”.