González se ha referido a casos concretos que ponen en entredicho la voluntad por acabar con estas barreras, ya que resulta incomprensible que, por ejemplo, los ascensores que llevan tiempo instalados en los edificios municipales de las calles Alfonso XI (Convento) y Regino Martínez (Ancha), todavía no estén en funcionamiento. Esta situación sigue haciendo imposible que una persona con discapacidad pueda acceder, por ejemplo, al despacho de Herrera, en el caso del Ayuntamiento de la Calle Convento, o a las oficinas de Urbanismo en la Calle Ancha. En otros edificios, como la Biblioteca Municipal, la situación es similar, y personas con discapacidad no pueden acceder a su interior a menos que sean ayudados, se queja el PP.
A juicio de González, la situación no mejora en las calles. En algunos casos, contenedores, sobre todo de recogida selectiva como de papel o vidrio, ocupan las aceras “dificultando así el paso”. En otros lugares, “bolardos instalados en el acerado se sitúan justamente coincidiendo con el lugar de entrada o salida a un paso de cebra”. Y todavía quedan pasos de peatones que no cuentan con rebajes “para permitir el paso con facilidad a las personas que dependen de una silla de ruedas”.
Lejos de mejorar, hay casos de empeoramiento, señala el concejal: en los semáforos, durante un tiempo se habilitaron las señales acústicas que permiten a las personas invidentes reconocer cuándo se permite el paso y cuándo no, un sistema que ha desaparecido.
Diego González concluye instando al consistorio a eliminar “de una vez por todas” las barreras arquitectónicas, sobre todo aquellas que dependen de la gestión municipal, y pide al PSOE que “no sólo pretenda mostrarse solidario con las personas con minusvalías en época electoral para luego no hacer nada de lo que promete en sus campañas”.
