En este sentido, Aguilera ha manifestado que “es importante conocer los proyectos que se plantean en los pueblos y municipios” para, a continuación, “dejar claro que es fundamental caminar hacia un modelo de transición ecológica”.
Sin embargo, ha considerado que “instalar 900 hectáreas de energías fotovoltaicas sin contemplar las otras actividades que se desarrollan en los pueblos, como su patrimonio cultural, etnográfico o arqueológico, es un suicidio ecológico”.
La diputada campogibraltareña ha estimado que “no es de recibo que se pretendan instalar estas infraestructuras que, en modo alguno, son una solución para la crisis ambiental, social y económica que padecemos”.
“Hacen falta instalaciones que sean de energías renovables y que generen empleo, pero estas megainstalaciones no suponen empleo o al menos muchos menos de los que se podrían generar en otros proyectos más pequeños y más respetuosos con sectores como el de la agricultura, la ganadería o la de la hostelería, que en pueblos como Jimena son un pilar económico por su turismo rural”, ha argumentado Aguilera.
“Nos ponemos a disposición de esta plataforma ciudadana que está luchando por un modelo verdaderamente ecológico y por una transición energética realmente sostenible porque lo contrario es un suicidio que desde luego será una desgracia para las generaciones futuras”, ha concluido.