Los apuros económicos son una constante para miles de familias y empresas en un momento como el actual, donde la situación económica y laboral está tan lastrada debido al coronavirus. En este escenario han vuelto a popularizarse los préstamos y créditos rápidos, especialmente aquellos que conceden plataformas crediticias de manera sencilla y rápida desde internet, sin apenas trámites administrativos.
Esta fórmula de financiación apareció tras la crisis económica de 2008 y su éxito va ligado al continuo acercamiento a internet que ha vivido la sociedad. Los años posteriores a 2008, especialmente iniciada ya la década de 2010, significaron un cambio en las políticas crediticias de muchas entidades bancarias y financieras, que optaron por dificultar más el acceso a los préstamos.
Aparecieron entonces las entidades acreedoras impulsando nuevas opciones. A través de su fórmula, el cliente recibe el dinero acordado en un plazo muy reducido de tiempo y puede emplearlo casi de inmediato. La contrapartida a este proceso es que el pago de intereses es más elevado.
¿Cómo funcionan estas entidades?
La segunda mitad de la década de 2010 ha supuesto un crecimiento económico importante para España, lo que ha permitido también en parte una recuperación para los bancos, que han introducido nuevas fórmulas para el préstamo.
No actúan de manera similar a las entidades acreedoras a través de internet, pero sí facilitan la concesión de créditos e introducen sistemas virtuales, pues prácticamente todos ofrecen desde su app móvil o en el navegador web preconcesiones de créditos que son fácilmente completables.
En cualquier caso, volviendo a estas entidades acreedoras, el interesado puede acceder a préstamos en pocos minutos con cantidades variables de dinero que alcanzan miles de euros. Además, una ventaja añadida es que prácticamente cualquier persona puede acudir a esta posibilidad.
Las personas o empresas que están incluidas en registros de morosos ven más dificultado su acceso al crédito, por lo que estos préstamos fáciles con asnef son la única posibilidad de financiación en muchos casos.
El proceso de solicitud es muy sencillo, basta con acudir a una de estas plataformas, que cada vez existen más, e iniciar los trámites. La ventaja principal es que no es necesario salir de casa para acometer estas tareas, no hay que desplazarse y las gestiones son prácticamente inmediatas.
En el caso de entidades bancarias tradicionales, cuando se pide un préstamo, todo el proceso se complica, y si bien es cierto que en los últimos años se ha agilizado, con la banca virtual, en muchos casos hay que obtener el permiso de concesión firmando personalmente las condiciones en la entidad.
Préstamos para cubrir urgencias, o para satisfacer algún capricho
Otro apunte interesante de esta fórmula de financiación es que no está sujeta a ningún tipo de requisito previo. Hace unos años sí se limitaba mucho el motivo por el cual se concedía el dinero, de modo que lo normal era acudir a esta práctica cuando existía un gasto urgente que cubrir: reformas en el hogar, el pago de un seguro, una avería del coche, la vuelta al cole
Sin embargo, estas restricciones se han eliminado casi por completo y ya ni las propias entidades cuestionan al cliente en qué va a dedicar el dinero. El único requisito, más allá de ser mayor de edad, tener una cuenta bancaria y una dirección de correo electrónico, es que se pueda devolver esta cantidad a tiempo.
La fórmula es aparentemente tan sencilla, en la realidad igual, que los préstamos rápidos sin nómina ni aval son una herramienta muy extendida en el conjunto del país y en muchos otros estados. Un detalle que explica esta realidad es que existen muchas entidades acreedoras que los promueven, hasta el punto de que en ocasiones no es fácil decantarse por una de ellas.
Una estrategia a utilizar con mesura
La penetración de este vehículo financiero ha sido tan alta en parte gracias al crecimiento en el consumo de internet, que es un canal imprescindible para nuestro día a día. No obstante, existen tantas entidades que en estos años han ido apareciendo portales web que funcionan a modo de comparadores.
De este modo, en lugar de buscar entidad por entidad, estas webs facilitan el trabajo y muestran de manera rápida todas las plataformas que ofrecen préstamos. En ocasiones funcionan a modo de filtro, de manera que el usuario puede añadir la cantidad de dinero que necesita y el tiempo de devolución, mientras que otras veces disponen todas esas entidades a modo de inventario.
Un último apunte interesante sobre los préstamos rápidos sin aval es que no hay que olvidar que el pago de intereses es más elevado que en la financiación tradicional, lo que invita a hacer un uso moderado y responsable de esta herramienta, activándola solo cuando se tenga la certeza de que se va a poder devolver el dinero a tiempo, para no caer en procesos de deudas difíciles de resolver.