“Yo no creo que nosotros (el Reino Unido) tengamos ningún derecho sobre Gibraltar, lejos de ello. No tenemos derecho a cederlo ni tenemos derecho a quedárnoslo”, afirma Hoyle.
“Si el pueblo de Gibraltar decide la semana que viene que quiere unirse a España, quién sería yo para impedirlo”, declara.
Hoyle, de 63 años, cuenta entre sus pasiones la protección de los territorios británicos de ultramar, entre ellos el Peñón, de cuya universidad es rector desde el pasado febrero.
Como presidente del Grupo parlamentario multipartito para Gibraltar, trabaja para que, tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), “se negocie un buen acuerdo” para los gibraltareños, que en el referéndum de 2016 votaron abrumadoramente por permanecer en el bloque comunitario y lamentan su exclusión del mercado único.
“Como ‘speaker’, no tengo opinión política, pero desearía que se escucharan las necesidades de Gibraltar y de esa parte de España” al otro lado de la frontera, manifiesta.
“Hay una frontera compartida, que es importante económicamente para las dos partes. Creo que esa relación debe conservarse y construir sobre ella”, señala.
“Pienso que se necesitan mutuamente, por lo que espero que en las negociaciones se asegure que hay una buena relación y se proteja ese valor económico”, prosigue.
En la entrevista, Hoyle reconoce también que el Brexit, que se ejecutó formalmente el pasado 31 de enero y se materializará al fin del periodo de transición el 31 de diciembre, “tuvo un gran impacto entre los diputados” británicos, por lo que entre sus prioridades como presidente está velar por su “salud y bienestar”.
Uno de los retos en este primer año, que se cumple el 4 de noviembre, ha sido además posibilitar la asistencia virtual de los miembros del Parlamento y, por primera vez en siglos, un sistema de voto digital, a fin de adaptarse a las restricciones impuestas por la pandemia.
