La Operación Paso del Estrecho (OPE), la mayor operación migratoria internacional de carácter periódico en Europa, debería comenzar el próximo 15 de junio.
Pero, de momento, sólo se sabe que está aplazada, pendiente de que los diversos países por los que transita, principalmente España, Francia, Bélgica, Holanda y Marruecos, abran sus fronteras.
España, pieza clave de la OPE porque a sus puertos, especialmente los de Algeciras y Tarifa, en la provincia de Cádiz, se dirigen los 3,5 millones de viajeros y casi 750.000 coches que cada verano saltan el Estrecho de Gibraltar en barcos, prevé abrir sus fronteras el 1 de julio.
La principal incógnita es cuando lo hará Marruecos.
Los países involucrados en la organización del complejo dispositivo de la OPE mantienen “contactos constantes, casi diarios” porque las decisiones sobre su viabilidad deben ser “conjuntas y coordinadas”, según ha señalado el Ministerio del Interior español, que sostiene que de momento el operativo sólo ha sido aplazado.
“No sabemos nada. Marruecos no dice nada de cuando abrirá, sólo nos llegan rumores. Es difícil para nosotros. Después del confinamiento este año hay más ganas de bajar y de ver a nuestras familias”, explica a Efe el marroquí Driss Mohamed, presidente de la Asociación Intercultural Saladillo, en la ciudad de Algeciras (Cádiz).
Marruecos mantiene el estado de emergencia sanitaria prorrogado hasta el 10 de junio, pero se desconoce si, después de esta fecha, levantará las restricciones y permitirá la apertura de las fronteras o la reanudación del tráfico aéreo y marítimo para personas.
Marruecos cerró herméticamente sus fronteras el 13 de marzo. Desde entonces sólo ha permitido operaciones especiales de salida para vuelos o ferris de repatriación de turistas o residentes en países extranjeros.
Tan drástico ha sido su cierre que no ha permitido regresar a su país y a sus casas a unos 32.000 marroquíes que estaban circunstancialmente fuera cuando se cerró la frontera.
De ellos, sólo han podido regresar en operaciones muy puntuales unos 500 por vía terrestre desde Ceuta y Melilla y otros 600 en unos vuelos especiales desde Argelia.
Así que, antes de que se sepa cuando se pondrá en marcha la OPE, se puede decir que ya hay miles de personas esperando cruzar el Estrecho y llegar al Norte de Marruecos.
“Ha habido situaciones muy dramáticas”, explica Driss Mohamed, cuya asociación ha tenido que ayudar a encontrar alojamiento y recursos a decenas de marroquíes que se han quedado “varados” en Algeciras durante estos dos meses y medio.
Es el caso, entre otros muchos, de Driss Khajjaj, un albañil de 30 años residente en Mallorca desde hace más de una década.
Salió de Mallorca con la idea de viajar a Marruecos para pasar unos días con su mujer, que está embarazada, y su hija de 3 años.
Cuando viajaba de Valencia a Algeciras en la radio de su coche escuchó la noticia de que Marruecos cerraría la frontera ese mismo día.
“Intenté llegar a coger el último barco del día a Tánger, a las 24:00 horas, pero ya no salió. Cogí a las seis de la mañana un ferry a Ceuta, llegué a la frontera con Marruecos, pero no me dejaron pasar”, cuenta.
Así que de Ceuta regresó a Algeciras (Cádiz) y allí, con todo cerrado por el estado de alarma y sin poder moverse, se quedó, junto a otros muchos compatriotas llegados de otros puntos de España o de países como Italia a los que les había sucedido lo mismo.
La Asociación Intercultural El Saladillo de Algeciras ha buscado lugares para alojarles en tanto se abría alguna solución.
Driss Khajjaj, por ejemplo, se ha alojado con una veintena de marroquíes en su misma situación en una casa desocupada que les prestaron.
“Limpiamos la casa y día a día hemos ido buscando como apañarnos. Nos ayudamos entre nosotros, porque ha pasado mucho tiempo y ya se ha agotado el dinero que llevábamos para nuestros viajes”, apunta mientras explica que, después de tanto tiempo, y de convivir allí durante el Ramadán, se sienten casi como una nueva familia que aguarda una misma cosa: poder continuar su viaje a Marruecos.
“Nadie sabe qué va a pasar mañana”, dice Driss Khajjaj, que tiene todas sus esperanzas puestas en poder estar en Marruecos al menos finales de julio para acompañar a su mujer en el nacimiento de su segundo hijo.
La Operación Paso del Estrecho tiene ya pues gente en espera, como Driss Khajjaj, y los miles de marroquíes a los que el cierre de la frontera de Marruecos les pilló fuera del país.
A pesar de la incertidumbre sobre su viabilidad este año, la OPE, después de 33 ediciones, cuenta con la suficiente experiencia como para poder articular el desafío logístico que supone atender este gran tránsito de vehículos y personas, especialmente en los puertos de Algeciras y Tarifa que absorben más del 70 % de pasajeros y vehículos.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias, coordina en España este operativo que este año, como todo, se enfrentará a nuevas dificultades, como la de determinar cómo se mantendrán las medidas de protección sanitaria, como la distancia mínima, en lugares como las áreas de descanso, las colas de embarque en los días punta o dentro de los barcos que cruzan el Estrecho.