Así, está previsto que en una primera fase, una empresa especializada ejecute una modelización geotécnica del terreno para determinar la influencia de la edificación en las medianeras colindantes y su coeficiente de seguridad ante la demolición.
A continuación se prevé realizar un levantamiento topográfico de auscultación, que se hará antes y después de la demolición, que permite percibir cualquier movimiento en los edificios colindantes.
En la oferta presentada se propone desarrollar los trabajos por un equipo formado por dos arquitectos, un ingeniero de caminos, y un delineante.