En la presentación de una guía de buenas prácticas creada por Fare en colaboración con el Plan Nacional sobre Drogas, Pascual explicó que se habla de abuso cuando el paciente bebe a diario el equivalente a medio litro de vino y de dependencia cuando lo que se consume al día es la cantidad equiparable a una botella de vino de tres cuartos. Aunque se manejan cifras estimadas de afectados por el alcohol en España -que no cuantifican aspectos importantes como el consumo compulsivo de alcohol entre jóvenes- los registros informatizados que se están creando en las comunidades autónomas darán “datos más concretos de la situación dentro de dos años”, apuntó el experto.
El perfil ha pasad de ser personas de más de 40 años a jóvenes de unos 20 años
No obstante, según el doctor Pascual, la observación que realizan los profesionales que atienden a estos pacientes en clínicas y centros de rehabilitación ha demostrado que, en los últimos años, ha habido un cambio de perfil de estos dependientes, “que antes eran personas de 40 ó 50 años y ahora son jóvenes de unos 20 años de edad, que además de consumir alcohol toma cocaína y cannabis”. En los nuevos alcohólicos “el componente psicológico de la dependencia es mucho más fuerte que el componente físico, que se veía años atrás, con los síndromes de abstinencia o los ‘delirium tremens'”. “Ahora lo que vemos son muchas carencias a nivel conductual, como irritabilidad o carencia de valores”, indicó. Ante esta situación, el especialista considera que una ley para combatir el consumo de alcohol entre los menores, como la que intentó sacar adelante como ministra de Sanidad Elena Salgado, es “una asignatura pendiente de esta sociedad” que “se debería retomar”, ya que es una norma “imprescindible” que fracasó por falta de consenso.
Un instrumento para valorar los problemasAsimismo, destacó la utilidad de guías como la elaborada por psicólogos, médicos y alcohólicos rehabilitados de FARE -disponible en la web del Plan Nacional sobre Drogas y de esta asociación-, un documento para ayudar a los profesionales que trabajan con estos pacientes a valorar los problemas, tanto personales como sociales o de otra índole, que le llevaron a refugiarse en la bebida. “Queremos que médicos, trabajadores sociales y psicólogos cuenten con un instrumento para valorar aquellos aspectos -de sexualidad, relaciones familiares, conducta del día a día o relación con el entorno- que pueden darles una idea de cómo ayudar a estas personas a dejar de beber, pero también a reestructurar sus vidas”, explicó.
Consumos compulsivos del fin de semanaPor su parte, la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, resaltó que esta guía es un esfuerzo del plan por adaptarse “a los nuevos escenarios” del consumo de drogas y de dar una especial atención a dependencias como la del alcohol, “tan frecuente y compleja” y que está aumentando tanto entre los jóvenes españoles en forma de consumos compulsivos de fin de semana.