En ese momento, identificaron a un conductor de un vehículo que levantó sospechas por su estado de nerviosismo y las contradicciones que ofrecía a las preguntas de los agentes.
Por ello, procedieron a la inspección del vehículo junto con el perro del Servicio Cinológico, lo que permitó localizaron varios espacios habilitar para transportar la droga bajo las estructuras metálicas del suelo y el maletero, así como en la consola de mandos.
Tras haber marcado como positivo el can detector de drogas en la zona del turismo, los agentes de la Guardia Civil procedieron a una inspección minuciosa, dando como resultado la localización en su interior de 919 envoltorios de resina de hachís que arrojaron un peso total de 505 kilogramos.
El detenido, de nacionalidad marroquí y propietario del vehículo, ha sido puesto a disposición judicial.