Según los investigadores, la red desmantelada ha traficado con medio centenar de inmigrantes de origen marroquí, varios de ellos menores de edad. La organización también se dedicaba a recoger menores extranjeros no acompañados, tras aleccionarnos e inducirlos para que se fugasen de los diferentes centros de menores en los que se encontraban.
La red captaba tanto a mayores como a menores de edad, todos ellos procedentes de Marruecos. A sus familiares les solicitaban el pago de cantidades comprendidas entre los 3.500 y los 6.500 euros. En Tánger, ciudad donde eran conducidos los inmigrantes desde otras zonas de Marruecos, permanecían en casas a la espera del cruce hasta las costas españolas, normalmente a Cádiz y Algeciras en embarcaciones tipo patera sin condiciones de seguridad. Hasta que se materializaban los pagos requeridos, los amenazaban con su integridad física y con una posible localización policial y devolución a Marruecos.
En la operación han sido liberados dos menores de edad y han sido detenidas once personas, una de ellas en Algeciras. Siete de ellas han ingresado en prisión preventiva.
Todo comenzó por la denuncia de un inmigrante
La investigación se inició en Pamplona con el testimonio de un migrante que denunció que, el año pasado partió desde Tánger en patera hasta España junto con otras 12 personas. A cierta distancia de la costa española, tuvieron que hinchar una barca de goma para arribar a una playa en la localidad gaditana de Tarifa.
Una vez en nuestro país el migrante declaró que fue recogido por dos hermanos marroquíes, considerados los principales miembros de la organización en España, y trasladado en vehículos hasta una finca. Cuando la red recibió el segundo de los pagos por el viaje (1000), fue trasladado a una estación de autobús donde se le facilitó un billete.