En la historia de la humanidad, las ciudades han estado en la vanguardia de la civilización, de la democracia y de las grandes revoluciones industriales, culturales y de valores, contribuyendo a cambiar el mundo para mejor. Hablar de los ayuntamientos es hablar de la primera línea política, de la cercanía, de la atención directa de las demandas vecinales, de las ilusiones colectivas, pero también de los sinsabores.
Ante la carencia de recursos en nuestros ayuntamientos, además de compromiso y dedicación, debe utilizarse la imaginación. Los ayuntamientos actuales tienen una clara insuficiencia de ingresos para dar cobertura a sus necesidades financieras, y en parte es debido al reparto desigual de la participación en los tributos del Estado (PIE). Una de las principales fuentes de financiación local que debería haber sido ya objeto de una reforma.
Aquellas primeras corporaciones del 79, con sus alcaldes a la cabeza, se encontraron con un importante trabajo por delante para responder al afán de cambio que tenían los ciudadanos. La estampa común que ofrecían aquellos pueblos y ciudades era que el agua no llegaba a un buen número de viviendas; faltaba alumbrado público; las instalaciones deportivas eran una entelequia; las escuelas y centros de salud, cuando los había, dejaban mucho que desear…
Pese a ello, aunque se partía de una situación de desventaja y desigualdad, se consiguieron los mayores avances para nuestras ciudades y pueblos de estas cuatro décadas de municipalismo. Fue entonces cuando personas anónimas se implicaron en la tarea política sin otra pretensión que trabajar por el progreso de su pueblo, para hacer realidad cuestiones tan básicas como agua, alcantarillado, alumbrado y pavimentado de calles y aceras.
Así que, este miércoles se cumplen cuatro décadas desde aquella cita con las urnas. Una efemérides que llega a pocas semanas de la celebración de las elecciones municipales de 2019 las undécimas en democracia. Paradojas del destino, en 1979 los comicios locales se celebraron apenas un mes después de unas elecciones generales, ganadas por Adolfo Suárez; lo mismo sucederá este año con las elecciones generales el 28 de abril y las municipales el 26 de mayo.
Gracias a aquellos vecinos y vecinas, alcaldes y concejales, que dieron el paso y trabajaron de la mano para convertir en realidad lo que entonces eran utopía, vivimos hoy un presente mejorable. Porque sólo Entre todos, tendremos una Algeciras mejor.