En declaraciones a los medios congregados tras la valla de las instalaciones de Crinavis, el director de programas para España de Save The Children, Vicente Raimundo, ha constatado que hay menores “que están viniendo de países en guerra, como Somalia o Siria, y en los que sus familias han escapado de situaciones de hambruna”.
El Open Arms, de la ONG Proactiva Open Arms, ha llegado hacia las 8.30 horas de hoy al puerto de Crinavis de San Roque, en la Bahía de Algeciras, con más de 300 inmigrantes a bordo rescatados en el Mediterráneo, después de que el Gobierno autorizara su desembarco.
El barco ha arribado al puerto de Crinavis, un astillero ubicado en el vecino término municipal de San Roque y donde en agosto pasado se habilitó el Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE), que es el destino final de los rescatados.
El Gobierno español autorizó al barco a desplazarse hacia aguas territoriales españolas, tras recoger hace una semana en aguas libias a más de 300 personas, de las que 139 son menores, y tras la negativa o falta de respuesta de los puertos más cercanos.
Vicente Raimundo ha dicho que aunque en estos momentos se está produciendo el proceso de identificación caso a caso y ha señalado que “es muy probable” que la cifra de menores que han viajado en el barco sea la de 139, que ha sido proporcionada por Proactiva Open Arms.
El responsable de Save The Children ha indicado que muchos de los casos identificados “han pasado por Libia, y según las Naciones Unidas, todos los migrantes que están en Libia pasan por situaciones pavorosas, ya que el sistema de acogida, protección y rescate en este país deja mucho que desear”.
“En todos los casos”, ha afirmado el representante de Save The Children, “estamos ante historias de origen y de tránsito realmente horribles”.
Tras una primera atención médico-sanitaria por voluntarios de Cruz Roja, las ongs intervinientes en el proceso dedicarán las próximas 72 horas a establecer el estatuto de cada uno de los inmigrantes, en función de su nacionalidad, su edad y si han sido víctimas de trata de seres humanos.
Según ha añadido Vicente Raimundo, se trata de un dispositivo de intervención que “no se diferencia de otros dispositivos que llevamos haciendo aquí desde hace casi un año”, en relación a la atención de inmigrantes rescatados de forma habitual en el Estrecho de Gibraltar.