Antonio Ramos Zambrana “Antoñico” en el mundo del toro, se puso delante y mató su primer becerro en el 1953 en Cortes de la Frontera. A las 21 años cambio el oro por la plata y se hizo subalterno: “Pepe Ordoñez que llevaba a mi hermano Miguelete que toreaba ya con caballos me dijo, ¿por qué no te haces banderillero? le hice caso y mi debut vestido de plata fue en Brozas (Cáceres). Larga trayectoria la de Antoñico por los ruedos de España toreando a las ordenes de cantidad de matadores de toros como Antonio Bienvenida, Miguelete, Pedro Castillo, Luis Parra “El Jerezano”, Ángel Llorente, Juanito Mora (padre e hijo) entre otros.Antoñico que cosecho bastantes premios como el de mejor banderillero en la Feria de Algeciras del 1979 y mejor peón de brega de Feria Algeciras del 1979, fue declarado también triunfador en la Feria del Puerto de Santa Maria del 1986.
Antoñico, durante su larga vida como profesional sufrió tres cornadas y tuvo 11 huesos rotos, y el 6 de julio del 1988 toreando en Pamplona por San Fermín, a las órdenes de Antoñito Posada sufrió una gravísima cornada en el recto que lo retiró del toreo. Luego trabajó durante 25 años con el Bombero Torero haciendo la temporada de América en 15 ocasiones como responsable de la parte seria que fue muy seria ya que en la misma dieron sus primeros pasos como toreros mucho de los que luego fueron primeras figuras del trofeo como Manolete, Ponce, Emilio Muñoz, Manzanares ..Antonio Ramos que se declara “aficionado pero no lo de mi hermano Miguele para el que los toros no es hay afición sino una enfermedad”. Un Antoñico que tiene claro que “si volviera a nacer no sería torero, es una profesión muy ingrata, no compensa y es casi imposible ser alguien en el mudo del roro”. Antonio Ramos Zambrana, que a sus 71 años reparte su día entre el Casino, “leyendo la prensa ya que me gusta estar informado”, su hora andando por aquello de que “ si no andas te paras del todo”, mientras que la tarde es totalmente casera: “ya luego después de comer no suelo salir”. Antoñico un buen torero de plata, una buena persona, un hombre preparado y cabal y en definitiva alguien de ese club tan selecto que es el de nuestra gente.
