Un galardón con el que la Organización reconoce anualmente el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras dedicados a la venta de sus diferentes productos de lotería responsable, así como la actitud en su puesto de trabajo, la implicación con los clientes o el compromiso con la labor social de la ONCE.
Francisco Iván Ortega, junto a los otros 21 vendedores y vendedoras seleccionados de todos los puntos de España, recibió su galardón en el transcurso de una cena de gala celebrada este fin de semana en el Hotel ILUNION Pío XII de Madrid, donde todos estuvieron acompañados por los máximos responsables de la Organización.
Ortega comenzó a vender en 2003, un año después de ser padre, en frente del Estrecho de Gibraltar, en las localidades de Tarifa, Tahivilla y Facinas, y ahora vende en el puerto de Algeciras. Afrontó el confinamiento con miedo e incertidumbre, pero confiado en que la situación volviera a ser lo que fue.
En su barriada, lo conocen bien porque cuando acababan los aplausos de las 8, él animaba la calle con un altavoz y música bailable para levantar el ánimo. Durante esos meses echó en falta a sus clientes, pero la vuelta resultó más que gratificante. Premios ha dado muchos y de diferentes cuantías, pero el más importante fue el cupón que resultó agraciado con 35.000 euros en un sorteo de diario.
“No esperaba este reconocimiento la verdad, me llevé una gran sorpresa”, admite. A su juicio, la clave del buen vendedor está en “el sacrificio, la perseverancia y el saber estar”, según sus propias palabras. “Yo solo cumplo con lo que me piden, que es lo principal en este trabajo, pero un reconocimiento así siempre es bueno porque te recarga las pilas”, dice con humildad.
Además de la gala, los premiados pudieron disfrutar de todo un fin de semana de convivencia y compañerismo, en el que hubo tiempo para la visita guiada por la ciudad de Madrid Del Vanguardismo Arquitectónico del Siglo XXI al Centro Histórico de la Ciudad; asistencia a un espectáculo cultural; almuerzos y cenas de convivencia y tiempo libre para su propio disfrute