Los organizadores explican que a pesar de que la situación de la pandemia ha mejorado y el ritmo de vacunaciones es muy bueno, durante la celebración de la fiesta no se puede garantizar la distancia social ni evitar las aglomeraciones en la playa. Es por ello, que, junto al Ayuntamiento de Algeciras, se ha optado por la suspensión de esta tradición por segundo año consecutivo.