El conflicto, según ha denunciado a este medio la comunidad de propietarios, comenzó hace justo un año, cuando comenzó la actividad de este asador de comida rápida. Tras varios apercibimientos realizados por los vecinos, la continuidad de las molestias las 24 horas del día les llevó a presentar una denuncia ante el Ayuntamiento con copia a la Policía Local.
Tras estas diligencias, se realizaron mediciones en las afectadas que comprobaron que los ruidos y vibraciones sobrepasaban el límite de decibelios permitido, además de comprobrarse la presencia de olores intensos procedentes del establecimiento.
El establecimiento se ha defendido de las acusaciones asegurando que han realizado las corecciones oportunas para evitar las molestias a los vecinos. Sin embargo, una nueva medición realizada el pasado mes de abril ha vuelto a arrojar cifras superiores a las permitidas, lo que está provocando ya cuadros de ansiedad, estrés y depresión a algunos vecinos.
El Ayuntamiento ha solicitado la intervención del departamento de Calidad del Aire de la Consejería de Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, al objeto de que realicen ensayos acústicos. Sin embargo, la prolongación del problema ha llevado a la comunidad de propietarios a exigir al Ayuntamiento “que actúe de forma urgente solicitando las medidas necesarias para evitar esta situación, siendo imprescindible que además de que se cumpla con el Decreto 6/2012, se realice la prueba de aislamiento a ruido aéreo, al estar la maquinaria anclada al suelo de las viviendas superiores del edificio”.
