La organización, fuertemente jerarquizada e integrada por miembros de carácter violento, se proveía de la droga en el Campo de Gibraltar y la trasladaban en furgonetas hasta Córdoba, donde poseían toda la infraestructura necesaria para almacenarla y camuflarla.
En una de las naves registradas, ubicada en la localidad madrileña de Ciempozuelos, los agentes localizaron un taller clandestino dedicado a la fabricación de habitáculos ocultos (caletas) en los remolques, ha informado la Policía Nacional.
Los detenidos adoptaban fuertes medidas de seguridad -tanto en sus desplazamientos como en sus contactos- y utilizaban sofisticados sistemas de encriptación de las telecomunicaciones.
La investigación se inició en agosto de 2020 y las primeras pesquisas constataron la existencia de una organización criminal, asentada en Córdoba, que disponía de varias naves industriales y una flota de camiones y remolques para llevar la droga.
Estos vehículos se usaban también para transportar y abastecer de embarcaciones semirrígidas o “gomas” a los clanes que operan en el Estrecho de Gibraltar y que fabricaban en astilleros de Portugal.
La localización el pasado mes de mayo de uno de los camiones en el puesto fronterizo de La Junquera con 285 kilos de hachís permitió identificar al presunto líder del entramado, que habría cumplido condena en Francia e Italia por hechos similares.
La colaboración con la policía francesa permitió interceptar en las proximidades de Lyon (Francia) otro camión procedente de Córdoba con 2.400 kilos de hachís y detener a dos personas de nacionalidad española, así como localizar 1.800.000 euros a narcotraficantes franceses.
En otro dispositivo se localizó otro camión que viajaba de Tarifa (Cádiz) a Córdoba y fue interceptado en la AP-7, a la altura de Marbella, con 750 kilos de hachís y su conductor detenido.
Posteriormente se localizó y desmanteló en Tarifa la “guardería” de donde procedía la droga y se recuperó un vehículo todoterreno que había sido sustraído en Madrid y que era utilizado para trasladar el hachís desde la costa algecireña.
El coche había sido manipulado para poder expulsar hacia el exterior polvo de extintor que permitiera huir de una posible persecución policial.
Como consecuencia del cerco policial, la organización criminal comenzó a desplazarse a Madrid, donde disponía de nuevas naves industriales.
En una de ellas, situada en un polígono industrial de Coslada, se interceptó otro camión con 1.300 kilos de droga y se detuvo al conductor, que resultó ser el lugarteniente de la organización.
En los posteriores registros en domicilios y naves industriales se encontraron 4.450 kilos de hachís, 33.735 euros, 10 vehículos 9 motocicletas, diferentes piezas de joyería y 10 teléfonos móviles.