En declaraciones a los medios, la presidenta de REE ha pedido “disculpas” a los vecinos del municipio “por el susto”, aclarando que “a la vista de la reacción del pueblo de La Línea, muy bien no lo hemos explicado”.
En este sentido, Beatriz Corredor ha reconocido que entiende que “no se han sentido escuchados y que esa responsabilidad es mía en primera persona”, aclarando “que sí, que los vamos a escuchar” y que “el proyecto está en una fase incipiente” en la que “no va a haber obras en los próximos dos o tres años” y que “nos importa mucho que el pueblo de La Línea se sienta escuchado y cómodo”.
“Que entiendan que REE no quiere que, cuando nos vayamos de este pueblo, se acuerden de nosotros en un sentido negativo, sino que sientan que hemos dejado algo bueno para La Línea”.
Corredor ha señalado que “es un proyecto de país” en el que “hacemos lo que nos mandan, que es un proyecto que tiene un rango muy alto, que se aprueba en el Consejo de Ministros y que pasa por el Congreso de los Diputados”.
No obstante, ha manifestado su intención de buscar “una posición de consenso” y de que los usos que se destinen a la zona “no tengan el impacto medioambiental que tanto preocupa a nivel municipal”.
Por su parte, el alcalde de La Línea, Juan Franco, ha calificado la reunión de “muy productiva” y asegura entender que el proyecto “forma parte de una construcción estratégica para el Gobierno”.
Franco ha explicado que, entre las alternativas negociadas, se encuentra la reducción de las dimensiones del proyecto en la zona, así como su posible reubicación, y ha calificado de “muy importante” el “cauce de entendimiento y colaboración”
El alcalde ha destacado que la opción de REE sigue siendo la zona de Los Portichuelos, pero ha aclarado que “la opción que hay actualmente está totalmente descartada”, por lo que “si esa es la que finalmente se contempla, manifestaremos la oposición que hemos manifestado hasta ahora. Esperemos que no haga falta pelearse”.