La profesora Ana Villaescusa, promotora de Diverciencia y presidenta de la Junta Rectora del Parque Natural de Los Alcornocales, ahonda en que la presencia seniro en los ámbitos de actividad sociales “a veces causa asombro, pero no debería ser así. Podemos aportar muchas cosas a la sociedad”.
En este sentido, Villaescusa se cuestiona que “utilizar el talento senior a lo mejor hace falta de verdad”, ante la posibilidad de que el sistema de pensiones “se venga abajo”. Sin embargo, considera que aún falta mucha cultura sobre el aprovechamiento de este sector de la población, como lo demuestra el hecho de que el 40% de los desempleados tenga 50 años, siendo “gente muy preparada”; o que el 70% de las empresas del IBEX 35 “tienen olvidado al talento senior”.
Además, ahonda en “esa generación de sesentones que está ayudando a los jóvenes a tener una familia”.
Por su parte, Antonio Pérez Carmona, ex supervisor logístico de la NASA, planteó que “la experiencia no la dan los años, sino la formación y las vivencias”, y ahondó en que “la formación continua es vital. Y yo, que he trabajado desde niño, he tenido al suerte de trabajar en empresas en las que la formación continua era vital”.
Para Pérez Carmona, además, “cuando eres mayor, haces lo que te hubiera gustado haber hecho”, un factor que introduce un elemento de motivación a la aportación social del talento senior: “siempre vamos a aprender de algo que ha ocurrido”.
Finalmente, Juan Ureta, presidente del Propeller Club de Algeciras, señala que “la sociedad es consciente de que necesita a la experiencia. Y la experiencia se hace a base de fracasos”.
También considera Ureta que “tenemos mucha información, pero muy poco conocimiento, y nos falta empatía con lo que representa el conocimiento”.
Ureta ahondó ambién el factor motivacional de los profesionales seniors, ya que “una de las cosas que podemos aportar es la ilusión y la pasión en las cosas que haemos”, para concluir que “lo que nos dio la sociedad a los que hemos tenido la suerte de trabajar toda nuestra vida, lo tenemos que recompensar y ser solidarios”.
El debate entre los tres profesionales se centró también en muchos compases en cómo, desde su experiencia, deberían comportarse las empresas con los empleados jóvenes para conseguir mejorar los rendimientos y los desarrollos sociales, concluyendo los tres en la importancia de “preocuparse por las personas”.