Su llegada al la zona muestra que “esta catástrofe sólo se puede parar si se deja de quemar aceites vegetales, y en espacial aceite de palma en los depósitos”.
En el marco de la campaña #NotInMyTank (#NoEnMiDepósito en España), Ecologistas en Acción lanzó un vídeo de animación instando al Gobierno a tomar cartas en el asunto en la transposición de la DER II para eliminar materias primas ligadas a la deforestación y violación de derechos humanos como son el aceite de palma y soja.
Verdemar apunta que en 2019 España continuaba siendo el mayor productor de biodiésel en la UE y uno de los tres países con mayor dependencia de aceites vegetales importados para la producción de biocombustibles. El 82 % del biodiésel procede de la soja, la palma y la colza, siendo el aceite de palma la principal materia prima para fabricar biocombustibles.
En 2019, según el grupo ecologistas, las refinerías de biocombustibles en España transformaron 1,76 millones de toneladas de aceite de palma en biodiésel, siendo alrededor del 10% elaborado por la planta de San Roque.
El aceite importado por el Estado español proviene, en su mayor parte, de Indonesia y Malasia, donde su cultivo es la principal causa de deforestación, desplazamiento de poblaciones y desaparición de especies amenazadas. El aceite de palma, según prosiguen los ecologistas, emite tres veces más gases de efecto invernadero que el diésel fósil sii se tiene en cuenta la deforestación, el transporte, el procesado y el cambio indirecto de uso de la tierra (ILUC, por sus siglas en inglés), es decir, se necesitan nuevas tierras para plantar alimentos.