El pasado días 26 de se publicó en el BOE el RD 505/2020 por el que se determinan las condiciones de seguridad de las actividades de buceo y ha entrado en vigor el 1 de julio de 2020. Desde el Sector del Mar de CCOO han mostrado el rechazo tanto a gran parte del contenido, así —–como el procedimiento de elaboración y aprobación, a la vez que anunciaban que los servicios jurídicos del sindicato se está elaborando un recurso contra esta norma.
Igualmente, cabría recordar que desde la Asociación de Buzos Profesionales de CCOO se presentaron en marzo de 2018 alegaciones de carácter técnico que ni siquiera obtuvieron una respuesta y no han sido tenidas en cuenta en la redacción aprobada.
Para el sindicato, la nueva norma, además de ser técnicamente criticable por contener demasiadas ambigüedades que no solo no subsanan algunas de las lagunas de la anterior norma de 1997, sino que las aumenta. Por otra parte, CCOO sostiene que esta norma, incomprensiblemente, relaja las condiciones de seguridad en el buceo profesional, en un sector en el que, por desgracia, debemos lamentar accidentes mortales con cierta regularidad. A la vez que deja sin abordar el coeficiente reductor para la jubilación, una vieja aspiración de este colectivo profesional.
Es por todo ello, que el Sector del Mar de CCOO ha instado al Gobierno a la inmediata convocatoria de una mesa negociadora entre todas las partes implicadas con la finalidad de alcanzar unas Normas de Seguridad para el buceo. El buceo profesional es una actividad laboral peligrosa, pocas veces reconocida, pasando desapercibida la importancia vital que tiene su labor en el desarrollo industrial, marítimo, pesquero y portuario de zonas como el Campo de Gibraltar, donde un centenar de profesionales prestan sus servicios en este sector afirma Miguel Alberto Díaz, Responsable Comarcal de FSC CCOO
Desde CCOO han puesto de manifiesto que los buzos profesionales se enfrentan a múltiples riesgos mientras desempeñan su labor, algunos como golpes, cortes, quemaduras, atrapamientos, manejo de cargas, uso de aparatos a presión o de trabajar en una embarcación, etc. y otros que tienen su origen en el medio subacuático e hiperbárico, con el consiguiente aumento de la densidad, exposición a condiciones desfavorables (frío y humedad) y, sobre todo, exposición a cambios de presión siendo necesaria, en algunos caos la utilización de cámaras hiperbáricas para garantizar la vida de estos profesionales, todo ello dentro de unas condiciones laborales precarias en alguna de sus empresas.