En una nota de prensa, la organización explica que ha constatado la presencia en este punto de camalote o jacinto de agua (Eichhornia crassipes), una planta acuática invasora procedente de Sudamérica y que tiene una enorme capacidad de propagación.
Esta planta acuática produce una gran cantidad de biomasa que llega al interior de la masa de agua y que, al descomponerse, provoca una drástica disminución de los niveles de oxígeno disuelto en este medio.
“Ambos efectos tienen consecuencias fatales para las biocenosis acuáticas, provocando la muerte de buena parte de las especies de la flora y fauna características de ríos y lagunas, acrecentando así la crisis de biodiversidad que ya padecemos”, advierten los ecologistas.
Recuerdan que esta planta invasora “ha causado estragos” en ríos como el Guadiana, llegando a cubrir totalmente 150 kilómetros.
En Cádiz se tiene constancia de su presencia también en la desembocadura del arroyo de Bolonia, en El Lentiscal, aunque con las crecidas ha acabado arrastrado hacia el mar.
“Ahora aparece en un arroyo tributario del río Palmones, lo que aumenta su peligrosidad y la amenaza de expansión hacia uno de los ríos de mayor valor ecológico de la provincia”, asegura Ecologistas en Acción.
La organización ha informado de esta presencia a la Delegación Territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, y ha solicitado que se realice “una rápida actuación” para retirar esas masas de camalote.
Para ello ha ofrecido el trabajo voluntario de los miembros de la asociación.
“Más vale prevenir que curar, pues siendo las especies invasoras una de las principales causas de la extinción masiva de especies que estamos sufriendo, no podemos permitirnos mirar hacia otro lado, cuando ya sea demasiado tarde actuar, tanto por los daños ambientales causados como por el gasto económico que supondría la erradicación de esta planta invasora”, insisten