Cae una red de narcos que usaba buzos para recuperar fardos que tiraban en la costa de Tarifa

Entre los detenidos hay un miembro de Salvamento Marítimo que prestaba cobertura a la organización, avisando de la presencia de vehículos y embarcaciones de la Guardia Civil durante sus operaciones ilícitas.

Según relata en un comunicado la Benemérita, la operación, en la que también se han intervenido dos toneladas de hachís, tres embarcaciones y cinco vehículos, se inició en enero, cuando tuvo conocimiento de la existencia de varias personas afincadas en Tarifa con un alto nivel de vida, no acorde con sus ingresos, y que los mismos provenían posiblemente de actividades ilegales del tráfico de drogas. Además, contaban con algunas personas que también desarrollaban actividades legales para pasar desapercibidos y no ser vinculados con el mundo del narcotráfico.

Esta organización contaba con una primera rama delictiva especializada en la introducción de la droga mediante embarcaciones recreativas a través del puerto de Tarifa y una segunda rama que utilizaba embarcaciones neumáticas tripuladas por expertos buzos. Estos buzos eran conocedores de la zona del litoral y contaban con equipamiento profesional y botellas de buceo para realizar largas inmersiones y poder, de esta forma, liberar los fardos de hachís que previamente habían sido arrojados desde embarcaciones y fondeadas en puntos estratégicos de la costa.

Continuando con las investigaciones, los agentes detectan que la primera rama de la organización contaba con varias embarcaciones recreativas que atracaban en el puerto deportivo de Tarifa, que se desplazaban hacia zonas que infundían sospechas de dedicarse al tráfico de hachís.

Asimismo, constatan que en los momentos previos de estos desplazamientos, integrantes de la organización mantenían reuniones en las proximidades del puerto, donde los líderes repartían terminales telefónicos e impartían instrucciones a diferentes personas.

Fue en una de estas reuniones donde los agentes identificaron a un miembro de la tripulación de una embarcación de Salvamento Marítimo, que estaba prestando cobertura a la organización, avisando de la posible presencia de vehículos y embarcaciones de la Guardia Civil durante sus operaciones ilícitas de introducción de hachís.

Durante la primera fase de explotación de la operación, la Guardia Civil interceptó dos alijos de hachís que la organización había intentado introducir mediante el empleo de embarcaciones recreativas, donde se aprehendieron 20 fardos de hachís. Como consecuencia de estas dos aprehensiones, se practicaron diferentes registros en varias fincas y viviendas de Tarifa donde residían los líderes y miembros de esta rama de la organización, procediéndose a la detención de los mismos y a la intervención de abundante material informático y de telefonía móvil.

Fruto de esta intervención, la Guardia Civil determina la existencia de una finca localizada en la zona de La Ahumada, que estaba siendo utilizada por la organización para ocultar la mercancía ilícita. Por tal motivo, los agentes desarrollaron un dispositivo de vigilancia sobre esta zona.

Fruto de este dispositivo, observan como un vehículo salía de la zona de forma apresurada, lo que, unido a que el vehículo presentaba síntomas de llevar una carga bastante pesada, hizo pensar a los agentes que estaba transportando una partida de hachís procedente de la ‘guardería’ de la organización.

Por tal motivo, los agentes procedieron a interceptar el vehículo,
momento en que éste hizo caso omiso y emprendió una huída, lo que no evitó que fuera finalmente interceptado instantes después.

Tras ser detenido su conductor, la Benemérita se incautó de otros once fardos de hachís. De la posterior investigación, se intervino de la misma forma un segundo vehículo también cargado de hachís que tenía como destino la provincia de Córdoba, donde se identificaron a las personas que iban a recibir este envío por lo que los agentes procedieron a su detención.

MÉTODO DE ‘FONDEO’

En la última fase de explotación, se pudo detectar como la segunda rama de la organización estaba realizando los preparativos para introducir un alijo de hachís mediante el ‘fondeo’, un método que la Guardia Civil asegura es usado sólo por organizaciones muy especializadas.

Así pues, es de muy difícil de detectar, ya que se utilizan embarcaciones que arrojan una serie de fardos al mar atados juntos a grandes pesas para garantizar que permanezcan ocultos en un lugar concreto del fondo marino. Estas zonas son geolocalizadas para que posteriormente buzos experimentados extraigan la mercancía ilícita en horarios nocturnos.

Por tal motivo, la Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia sobre esta rama delictiva, dando como resultado la detención de la tripulación de la embarcación que realizó el fondeo de los fardos de hachís, la de los buzos y demás miembros de la organización que participaron posteriormente para localizar el fondeo y proceder a su extracción. En esta última intervención fue necesaria la participación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la IV Zona de la Guardia Civil.

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