Parar nuestro trabajo, aunque sea unas horas, no nos puede parecer mejor forma de volver a denunciar que sobre nosotras, aún, recaen las responsabilidades de cuidados, la brecha salarial y la precaricación mayor del empleo. Que aún estamos sometidas al canon de belleza, la cosíficación del cuerpo y la responsabilidad reproductiva. Que morimos sistemáticamente y por razón exclusiva de género. La discriminación que sufrimos las mujeres responde a un sistema superior a la democracia, el Patriarcado, que supera también a culturas y religiones y, que transversalmente, nos relega a un segundo plano de actuación social y a la invisibilidad histórica.Queremos recordar hoy especialmente a Berta Cáceres, hondureña, asesinada el tres de marzo del año pasado en su casa. Berta luchaba contra la degradación de su tierra y de su cultura, desde una perspectiva ecologista y feminista, contra todo tipo de amenazas. Consideramos que en nuestra Comarca, el ecofeminismo se presenta como la única visión política de salvación posible frente a un monstruo industrial perverso, que usa el empleo como moneda de cambio y desde la barrera de la salud, donde vemos chocar una y otra vez al tan necesitado estudio epidemiológico que determine el grado de contaminación que respiramos, no podemos olvidar tampoco hoy que aquí respirar duele. Recordamos a Berta y reivindicamos su mensaje de respeto y defensa del territorio y la naturaleza en la que vivimos, porque nos consideramos parte y responsables ella.Además, queremos denunciar los más de veinte asesinatos de mujeres que se contabilizan desde comienzos de este año dos mil diecisiete. Varias de nosotras morimos semanalmente ante la mirada impune del conjunto de la sociedad y de las instituciones competentes. El feminicidio sigue pasando desapercibido. El movimiento feminista es el altavoz perpetuo de denuncia y reclamo de la justicia humanitaria universal, el mensaje de las mujeres es el mensaje de la empatía y del respeto de la especie. La clase, para las mujeres, es la humanidad. El paro propuesto para el miércoles nos invita a reflexionar sobre el sistema de poderes extremadamente concentrados del que participamos a nivel mundial desde solo una pequeña parte y que está arrasando el mundo entero. Unos poderes en desequilibrio salvaje, que versan la mayor de las entropías y los principios androcentristas. Paremos el mundo nosotras el miércoles ocho, que somos la mitad y somos todas hermanas. Cada una, paremos nuestro trabajo un rato, paremos el mundo, que somos la fuerza.