IAM/ALJ El real decreto-ley que ha aprobado ayer el Consejo de Ministros sobre las cláusulas suelo y cuya convalidación en el Congreso ya ha sido pactada con PSOE y Ciudadanos es puro humo. Humo tóxico para hacernos creer de nuevo que van a salvarnos sin molestar a los que mandan; como ocurrió en diciembre con las medidas ante la pobreza energética, disparada este enero tanto como la tarifa de la luz o el gas butano.
Los banqueros no tienen de qué preocuparse porque ya tienen al PP y Ciudadanos para que los defiendan, acompañados, por supuesto, del PSOE que se abstendrá en la aprobación del decreto-ley. Así que nadie va a multarles. Ni por el fraude cometido ni tampoco si siguen negándose a devolver el dinero a los hipotecados. Porque la norma pactada entre los dos partidos que mientras gobernaban cerraron los ojos ante el macrofraude de la cláusula suelo –y ante tantos otros– no obliga a los bancos a nada. No se establece ningún tipo de sanción para las entidades que decidan no adherirse al sistema extrajudicial de reclamaciones ni para las que lo hagan pero se nieguen a devolver todo el dinero a los usuarios. Lo dicho: puro humo. Qué poca vergüenza de políticos y banqueros o de banqueros y políticos, da lo mismo.
FACUA, la organización de consumidores, no va a participar en la comisión de seguimiento para la aplicación de este decreto-ley sobre las cláusulas suelo, por entender que es una pantomima, y que no van a hacer de convidado de piedra del Gobierno para hacerse la foto, porque estarían insultando la inteligencia de los consumidores y a los afectados por el engaño de la clausula suelo.La norma del decreto-ley da un mes de plazo a los bancos para adherirse y constituir los departamentos que tramitarán las reclamaciones y otros tres meses para contestarlas. En total, hasta cuatro meses de espera. Pero los afectados por este engaño no debemos desmovilizarnos. Todo lo contrario, debemos batallar durante estos cuatro meses para dejar claro a la banca que si no quiere devolver lo defraudado, nos veremos en los tribunales. Porque juntos Podemos, claro que Podemos.