IAM/Redacción La Asociación de Importadores de Productos Perecederos del Puerto de Algeciras (AIMPA) ha vuelto a denunciar en las últimas horas la insostenible situación que los empresarios y trabajadores del sector están sufriendo en el P.I.F (Punto de Inspección Fronteriza) del puerto algecireño, donde las esperas para ser atendidos han llegado a alcanzar las 12 horas.
El presidente de AIMPA, Mario Porras, ha señalado que esta situación está afectando directamente al despacho de las mercancías perecederas y a otros sectores como el hortofrutícola, además de colectivos como agentes de aduanas, transitarios, transportistas y empresas auxiliares.Los importadores se encuentran en plena campaña de Navidad, lo que ha provocado un incremento de los tráficos, implicando retrasos en las inspecciones de pescado fresco y productos hortofrutícolas de nueve y diez horas. Como ejemplo, AIMPA asegura que “un camión llegado a puerto a las 12:00 horas ha sido inspeccionado por el veterinario a las 00:30 horas, lo que provoca que el camión se quede en el puerto hasta el día siguiente, ya que la Aduana de Algeciras cierra a las 22:00 horas”. Estas demoras se están viendo agravadas tanto en días laborables como festivos y fines de semanas, a pesar del esfuerzo sobrehumano que están realizando los veterinarios de Sanidad Exterior, que realizan y acumulan horas extras que convierten en días libres, lo cual agrava mucho más esta situación.La entrada en vigor del procedimiento general de tramitación de expedientes y documentación, la Ley 39/2015 de 01 de Octubre del procedimiento Administrativo común de las Administraciones Publicas “LPAC” lo único que ha hecho ha sido empeorar la situación, según Mario Porras, quien insiste en que “las empresas inmediatamente se adaptan y cumplen los preceptos legales”, por lo que esperan de la Administración la misma reciprocidad.Los importadores han vuelto a reclamar la mediación de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, a la que acusan de mirar hacia otro lado ante este problema.Los empresarios algecireños afirman estar meditando la posibilidad de desviar los tráficos hacia otros puertos como Motril o Almería, lo que podría provocar el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo.