Manzanas, peras, melocotones, uvas, sandías, fresas, moras, piñas, melones, brevas, dátiles, albaricoques, kiwis, nectarinas, paraguayas, higos, plátanos, frambuesas, naranjas y muchas otras frutas son fáciles de encontrarlas en cualquier rincón de España. Pero el chumbo, el gran dios agresivo que parece anunciar con sus espinas que el buen tiempo se acaba, es casi exclusivo de estas latitudes. Se cuenta la historia de un belga que llegó al Campo de Gibraltar y se comió ciento cincuenta chumbos de una sentada. No sabemos el final de su historia y, por desgracia, tampoco tenemos documentos para corroborar nuestras palabras. Pero sí tenemos otros documentos algecireños sobre el chumbo.
Fuente. Archivo Municipal.