Estos terrenos, según han hecho saber vecinos de esta zona a la concejal popular, han sido cedidos en precario, lo que supone que el receptor, el Ayuntamiento en este caso, debe ser el encargado de su adaptación para el uso al que se destine, así como de su limpieza y mantenimiento. De hecho, explica la concejal popular, la habilitación de esta zona a modo de aparcamiento obedece a la necesidad de dotar de plazas para estacionar en los aledaños de las estaciones de autobús y ferrocarril, habida cuenta de la desaparición del antiguo parking que se encontraba entre las calles Segismundo Monet y Juan de la Cierva por los trabajos que se están realizando en esta zona.La cuestión que denuncian los vecinos es que, además de que la habilitación se hizo de manera chapucera, aprovechando escombros de las viviendas derruidas en las cercanías de ese lugar, lo que ya provocó “perjuicios a los vecinos por la gran cantidad de polvo y suciedad que se levantó durante el transcurso de estos trabajos, el resultado no puede ser más inapropiado, ya que el suelo no fue nivelado lo que hace que cuando llueve (y todavía no lo ha hecho con intensidad), se convierta en un enorme charco, casi una laguna, que lo convierte en inservible para le fin que fue ideado”, señala.Vecinos y Cid coincidieron en que la imagen que ofrecen estos terrenos se convierte en la primera imagen que ven muchas de las personas que llegan por primera vez a Algeciras, bien por tren a la cercana estación de Adif, bien por autobús, a la estación San Bernardo. Por tanto, sería deseable que estos aparcamientos, tan necesarios, se hubiesen habilitado de manera digna y adecuada.Aprovechando el contacto con los vecinos, éstos se quejaron de la falta de limpieza y mantenimiento de esta zona, y pusieron como ejemplo el estado de los husillos de la Calle Aníbal, cuyo estado de suciedad impide que puedan evacuar el agua de la lluvia, con el consiguiente perjuicio que ello causa.Este, concluye la concejal, “es el verdadero estado de la ciudad, y no la imagen que pretende hacernos creer el alcalde de la ciudad, Tomás Herrera, para quien todos estos problemas que sufren día a día los algecireños no son tales. A su despacho en la Calle Convento sólo le llegan informaciones malintencionadas y trastocadas que en nada favorecen su gestión como primera autoridad municipal”.