Reivindicar el 28F, pero también el 4D.Por: Ángel Luis Jiménez

IAM/ALJ  El 28F y el 4D el pueblo andaluz tomo las calles para reafirmar su identidad andaluza. En base a su recuerdo, afrontamos hoy de nuevo el debate territorial desde el convencimiento de que la identidad andaluza merece su reconocimiento cultural y político. Andalucía como la que más. Porque no queremos ser más que nadie, pero ni menos que nadie.

 

La semana pasada Susana Díaz en una visita a Granada decía que el PSOE convertiría los a actos del 28F en una reivindicación del espíritu de 1980 que defendía “la igualdad de oportunidades”. Anunció que llevaría este discurso el domingo 21 a la emigración andaluza en Valencia y el martes 23 a la de Madrid y que el acto central sería el sábado 27 en el Casino de la Exposición de Sevilla, el centro del recuento de votos del referéndum de 1980.

Esa idea se presentará en el Parlamento de Andalucía como una Proposición No de Ley, que se difundirá por los distintos municipios andaluces en forma de moción de los grupos municipales socialistas. Pero a quién va dirigido este mensaje, ¿al pueblo andaluz o a Podemos?,  y qué pretende con esta insistencia, que el debate territorial condicione el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Es más, no entiendo cómo Susana Díaz ha elegido la fecha del 2 de marzo para comparecer ante el Parlamento andaluz y celebrar uno de sus prometidos debates generales sobre la situación de Andalucía, cuando es obvio que los andaluces, en particular, y los españoles, en general, van a estar más pendiente de lo que ocurra en el Congreso de los Diputados con el debate de investidura de Pedro Sánchez, que lo que ocurra ese día en el Parlamento andaluz.

¿Por qué Susana ha elegido esta fecha y no otra para el debate? Que me lo expliquen.Pero volvamos a la celebración del 28F. Esa fecha se fijó en el calendario para homenajear nuestra herencia y celebrar nuestra identidad; y, además, este año se convierte debido al momento de cambio que vivimos en un día para hablar de Andalucía y su futuro. Sin embargo, el 28 de Febrero de 1980 no se entiende sin el 4 de diciembre de 1977. El 4D los andaluces desbordaron las calles bajo una única bandera, la de Andalucía, consiguiendo trascender cualquier otra diferencia partidista.

El 4D supuso la reafirmación de una conciencia identitaria. Familias enteras, personas jóvenes, mayores, gente diversa (como la propia esencia de Andalucía) salieron a las calles a celebrar lo que les unía; para que nadie olvidara que Andalucía no quería ser como las demás, sino como la que más. Porque los andaluces no queremos ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie. En esto consiste la igualdad para mí.

Es cierto que ese sentimiento de la identidad andaluza se manifestó en las urnas el 28F, pero no es menos cierto que ese sentimiento de identidad no hubiera sido posible sin el proceso de aceleración histórica tan particular que brotó de las calles y de los hogares andaluces  reclamando lo que era de todas y de todos. Conviene recordar que la soberanía reside en el pueblo, en la gente, y no en los despachos.   Por eso en estos momentos cuando las desigualdades sociales se han instalado en nuestra tierra, hace falta que resurja en Andalucía esa memoria del 4D y de cómo se hacen los cambios en este país llamado España.

La memoria es siempre necesaria para no olvidar, pero también para recordar que volvemos a tener la oportunidad de sentar las bases de un futuro próspero para todas y todos, un futuro en pie de igualdad.En esta fecha tampoco podemos olvidar, si queremos ser reivindicativos, que el PSOE lleva más de 30 años de Gobierno en Andalucía y que entre 2009 y 2015 los presupuestos sanitarios bajaron un 13%, frente al descenso de un 9% en el resto del Estado. Somos testigos, un día sí y el otro también, de la falta de camas hospitalarias, del aumento de las listas de espera, y de la pérdida de más de siete mil puestos de trabajos en el Servicio Andaluz de Salud. Y similar trayectoria han sufrido la Educación y otros servicios sociales básicos.Tengo claro, y deberíamos tenerlo todas y todos, que las recetas de ayer ya no sirven para hoy, y mucho menos para mañana. Y que nos encontramos ante un momento de transición, de cambio. Así pues dejémonos de artificios y empecemos a sumar, a debatir y a buscar consensos para este proyecto común que es Andalucía. 

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