IAM/Redacción Ayoub El Khazzani, el joven marroquí que fue detenido el pasado viernes tras tratar de atacar un tren que comunicaba Ámsterdam y París, sigue siendo interrogado en las instalaciones de la Dirección General de Seguridad Interior, en las afueras de la capital francesa. El interrogatorio acaba esta tarde, tras las 96 horas de arresto provisional que permite la ley, y un juez deberá decidir qué hacer con él. (Fuente: Prensa nacional).
El Khazzani, que vivió en España entre Madrid y Algeciras entre 2008 y 2014, mantiene que lo que intentaba era asustar y atracar a los pasajeros y niega cualquier vinculación con células terroristas. Su abogada dice que se trata de una persona sin hogar y que todo lo que pretendía era conseguir dinero para comer, ya que se encuentra “esquelético”.
Además, él mismo se define como un religioso “moderado”. No dicen lo mismo de él algunos de sus vecinos de Algeciras, donde aún vive su familia, quienes le describen a él y a sus hermanos como “muy religiosos” y habitualmente vestidos “como afganos”, según publica “The Telegraph”.
Hay muchas sombras en la declaración de El Khazzani, pero las primeras evidencias apuntan a que el sujeto tiene vínculos con movimientos terroristas, lo que ahora tratan de averiguar las autoridades. Los investigadores buscan pruebas en los dos teléfonos móviles que se le encontraron, uno de ellos, según publica “Le Parisien”, fue activado el mismo día de los hechos. “Este teléfono no contenía ningún número ni había contactos registrados”, según las revelaciones de un alto funcionario.
“El uso de un teléfono reservado para el día del ataque es prueba de un carácter demasiado profesional”
“El uso de un teléfono reservado exclusivamente para el día del ataque es prueba de un carácter demasiado profesional. Está menos despistado de lo que quiere aparentar”, añade esta misma fuente que se muestra convencida de que El Khazzani fue aconsejado sobre la manera de operar y actuar tras su detención.
La policía ha informado asimismo de que “el presunto tirador del Thalys consultó en su teléfono móvil una web de oración islámica” justo antes de subirse al tren, otro indicio para los investigadores de que a pesar de su negativa, el ataque sí fue un acto terrorista.