Este verano se ha puesto a la venta una nueva edición de las “Crónicas marcianas” de Ray Bradbury, 60 años después de su primera publicación en castellano. Este escritor norteamericano está considerado el poeta de la ciencia ficción. Y en esta obra nos traslada al futuro para iluminar el presente y explorar la naturaleza humana. De ahí su famosa frase: “No trato de describir el futuro. Trato de prevenirlo”.Por eso, en la página 349 de sus Crónicas escribe: “La vida en la Tierra nunca fue nada buena. La ciencia se nos adelantó demasiado, con demasiada rapidez, y la gente se extravió en una maraña mecánica dedicándose como niños a cosas bonitas, artefactos, redes, cohetes…; dando importancia a lo que no tenía importancia, preocupándose por las maquinas más que por el modo de dominar las maquinas. Las guerras crecieron y crecieron y por último acabaron con la Tierra. Por eso han callado las radios. Por eso hemos huido a Marte…”Con Bradbury el ser humano pasó de héroe a villano, y esa melancolía, pura poesía nostálgica, proviene de la pérdida del mundo de su niñez por la Segunda Guerra Mundial. Quiere enseñarnos a reinventarnos. Bradbury va a la esencia, no se deja cegar por la tecnología como otras obras de ciencia ficción. Y advierte en sus crónicas que vayamos donde vayamos, cargaremos siempre con nuestro infierno, porque no aprendemos de nuestros errores.Animo a las generaciones más jóvenes a descubrir la genialidad de este escritor estadounidense, que se llama Ray Bradbury, como yo lo descubrí en mi juventud y he vuelto a releer este verano mirando el mar, las dunas y las ruinas de Bolonia. Bradbury es más conocido por la gente que leído. Y no saben lo que se pierden. La realidad, los sueños, la épica lirica de nuestra más ambiciosa colonización está en las Crónicas. En ella se pierden héroes, traidores, marcianos de piel oscura y ojos dorados, todos más pronto o más tarde, como profetiza el autor. Gracias al gran soñador que fue Bradbury todos tenemos hoy plaza en los cohetes de la posteridad.Así que cuando oigo hablar de la “gran novela norteamericana” y me proponen otro título, no puedo por menos que sonreír. Porque la gran novela norteamericana se publicó en español hace sesenta años -setenta en ingles- y más que una novela al uso es una serie de relatos enlazados como capítulos que prolongan un tema central. Y lo más curioso es que la acción no transcurre en Norteamérica, sino en Marte. Además que nadie espere en estas crónicas marcianas ninguna profecía sobre avances científicos venideros, porque el libro nos habla del futuro, aunque un futuro pasado para nosotros ya que los relatos se desarrollan entre 1999 y 2005. Más que sobre el futuro, “Crónicas marcianas” trata sobre el tiempo, su oscilación entre la brevedad de la vida humana y el abismo que la precede igual que la seguirá. Nada más y nada menos.Cuanto he disfrutado este año del verano, Bradbury, Bolonia y el vino del estío (como se titula otra de sus mejores novelas)…, el orden no importa. Pero cuanto envidio al chico de catorce años o al adulto que precisamente este verano lea por primera vez las “Crónicas marcianas”. Y también al que no las lea pero haya disfrutado del verano y de buenas lecturas.