Esta semana acompañé a una familia marroquí con residencia y trabajo legal en España que tienen tres hijos nacidos en Algeciras para solicitar la nacionalidad de sus hijos.Después de varios días en espera para coger un número y ser atendido en el Registro Civil de Algeciras, la funcionaria les dice que deben solicitar una cita previa por correo electrónico a la dirección registrocivil.algeciras@justicia.es. No existe otro medio para entregar la solicitud y la documentación correspondiente.Pregunto por la normativa que sustenta esta cita previa distinta a la habitual, pues me resulta extraña, y me dicen que es del Coordinador de Justicia de la Junta de Andalucía. Personado en la subdelegación de la Junta de Andalucía en Algeciras, me informan que esta figura no existe, y tampoco saben nada de esta norma o procedimiento.Solicitada cita por correo electrónico -se supone que todo el mundo tiene correo electrónico y, sobre todo, los inmigrantes-, se les dan hora para dentro de cuatro meses, pero como la documentación que tenían tiene una caducidad de tres meses, tienen que empezar de nuevo a recabar la documentación, parte de ella en Marruecos.En este País, nacionales o residentes, están al servicio de una burocracia inhumana y kafkiana, que no da facilidades y además te lanza reglamentos, normas o protocolos como bolas de papel para demorar todo lo posible la nacionalidad para extranjeros o residentes que lo solicitan.Mi impresión es que ahora, no sé por qué razón, están retorciendo las leyes o bien aferrándose a la letra de estas para hacer que estos procesos carezcan de racionalidad, ecuanimidad y sentido común.Pero nada de esto me resulta extraño, pues el Director General de los Registros y del Notariado ha dicho que cada Juez pregunte a un solicitante de nacionalidad lo que le dé la gana cuando se presente ante el Registro Civil. Porque si las preguntas para calibrar su grado de “españolidad” fueran estándar “todo el mundo se aprendería las respuestas”. Qué país.