En primer lugar se debe tener en cuenta que los juguetes estimulan la inteligencia y educan a través de su uso. Por tanto, antes de comprar se debe conocer qué juguete necesita un pequeño, cuál tiene ya y los que necesitará en breve plazo.Sabido esto, no se debe comprar cualquier juguete porque sea más anunciado o porque le guste a quien regala. Es necesario pensar en todo momento que el juguete es para un menor.
Es necesario recordar que el niño es el que juega con el juguete y en multitud de ocasiones son adquiridos con mucha ilusión y a los dos días acaba en un rincón.Por seguridad se debe mirar que los juguetes lleven la marca CE, bien sobre el juguete o bien sobre el envase. Esta identificación indica su conformidad con las normas esenciales de seguridad en la Comunidad Europea. Las etiquetas o envases, así como las instrucciones, deben alertar a los usuarios de los riesgos que pueda entrañar su uso y la forma de evitarlos.Se tiene que conocer que un buen juguete debe reunir las siguientes condiciones: que no produzca ningún daño físico; que potencie la creatividad, imaginación y participación del niño; que el material sea sólido y de calidad y que se ajuste a la edad del niño. No es aconsejable un juguete de plástico duro y hueco ya que roto puede convertirse en peligroso. Del mismo modo, es buen consejo comprobar la solidez, en este caso si está envasado abrir la caja y examinarlo detenidamente aportará mayor conocimiento. Independientemente, se debe pensar que la palabra “educativo” en una caja no significa ninguna garantía de que lo sea. Hay que saber impulsar los juegos activos en equipo.Como consejos finales, hay que tener en cuenta los juegos que conllevan la obligación de adquirir elementos complementarios para su funcionamiento; saber que los juguetes electrónicos no estimulan la capacidad creativa del niño y que los juguetes que funcionan con electricidad no podrán exceder su tensión de 24 voltios.Además, es beneficioso para la educación del pequeño evitar adquirir juguetes bélicos. Se debe comprar los juguetes adaptados a la necesidad del niño o la persona que vaya a recibir el regalo.De igual modo, se requiere poner mucha atención a la publicidad. A los niños les encanta los anuncios y eso lo saben los publicistas, luego, el deseo creado por esta publicidad se convierte en exigencia ante los padres. Pensar también que cuanto más complicado sea el juguete éste será más caro y tendrá más posibilidades de estropearse. No por ser un juguete más caro es el mejor, ni el más indicado.Desde la OMIC se reitera a los consumidores que el juguete comprado debe cumplir el fin previsto y para el que fue adquirido, que no es más que desarrollar la personalidad, así como entretener y divertir.————————————————-