IAM/Redacción El presunto autor de abusos sexuales a una niña de 11 años de La Línea pasará mañana a disposición de la Corte Suprema de Gibraltar tras ser arrestado el pasado martes por la Royal Gibraltar Police y antes de ser extraditado a España. La ley gibraltareña impide que una persona esté más de 48 horas en los calabozos, tiempo que se cumplió ayer, pero debido a la mediación de la Interpol y la Europol la policía del Peñón ha podido ampliar ese plazo, por lo que Manuel Sánchez Montero, conocido por Marruti, no pisará la calle hasta que mañana comparezca ante los magistrados.
Las autoridades españolas solicitaron la extradición de Marruti, de 60 años, en el momento en el que le fue comunicada su detención en Gibraltar -el pasado martes-, pero debido a un defecto de forma en esta solicitud la policía del Peñón no pudo llevar a cabo la entrega del supuesto violador. Se espera que mañana, tras su puesta a disposición del juzgado gibraltareño, sea entregado al Cuerpo Nacional de Policía para que se inicie el proceso judicial tras un suceso que ha causado mucho revuelo en La Línea. Los hechos por los que Marruti era buscado por la justicia se produjeron hace ya tres fines de semana, cuando el presunto agresor se hizo cargo durante el fin de semana de la menor. La Policía Nacional confirmó que la niña es hija de un amigo que se encuentra actualmente en prisión. Este hombre llevó a la menor hasta un hostal que hay en la desembocadura del río Guadarranque, en el término municipal de San Roque, donde supuestamente abusó de la niña, a la que también supuestamente drogó para consumar este hecho. Tras esto, la menor fue localizada por su familia en una zona próxima a la vivienda familiar, en el barrio de la Atunara, en muy mal estado, por lo que fue llevada al hospital. Las exploraciones médicas determinaron que la menor había sido víctima de abusos sexuales e incluso se hallaron restos de ADN que coincidían con los del presunto autor de los hechos. Tras conocer que la Policía le buscaba, Marruti se dio a la fuga. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía creían que se encontraba oculto en Gibraltar o Marruecos, de ahí que el juzgado emitiera la orden de búsqueda internacional debido a la situación geográfica de esta zona.