Más de doce kilómetros de costa del Parque Natural del Estrecho siguen contaminados por los restos de hidrocarburo procedente del incendio que el pasado mes de mayo se produjo en Gibraltar. El plan de limpieza de la Junta ha surtido efecto en las playas urbanas, pero ha fracasado en la zona rocosa.
La fotografía que ilustra este reportaje corresponde a la zona de La Ballenera y en ella se observan los restos de hidrocarburo sobre las rocas.
La imagen se repite en numerosos puntos de costa del Parque Natural del Estrecho y el grupo ecologista Agaden calcula que más de doce kilómetros, en puntos intermitentes, de este espacio protegido sigue dañado por los restos del vertido originado en el puerto de Gibraltar tras la combustión de dos tanques de fuel.
La Administración autonómica aplicó una limpieza con agua a presión en esta parte del litoral algecireño, pero el tratamiento no ha sido efectivo. Los restos de fuel quedaron en la zona rocosa.
Ante la situación la Junta propuso el uso de bacterias para la limpieza, pero los técnicos lo desaconsejaron por el daño que este procedimiento puede causar en el rico ecosistema del parque.
Descartada también la limpieza a mano, la opción que se ha tomado ha sido dejar que sea el oleaje del mar el que limpie el litoral.
Andrés Carrasco, de la dirección de Agadén, lamenta este daño al medioambiente así como la mala imagen de la comarca y responsabiliza a la Junta por no actuar con contundencia y eficacia.
Verdemar, por su parte, señala a las autoridades de Gibraltar como responsables del desastre ecológico, pues a fin de cuentas fue Gibraltar el origen del siniestro. Antonio Muñoz, portavoz de este grupo ecologista, no duda en acusar al Gobierno de Peter Caruana de haber actuado mal en este suceso y si censura a la Junta de Andalucía es por la pasividad que a su entender demuestra día a día ante la actitud gibraltareña.
Muñoz pide firmeza al Gobierno andaluz ante Gibraltar y advierte que está no es la primera marea contaminante que llega desde la Roca ni será la última, agregando que es el Parque Natural del Estrecho quien sufre las consecuencias.
Este veterano ecologista que no dudó ni le tembló el pulso en su día en sentar en el banquillo de un juzgado a las Grandes Industrias por contaminar la Bahía, asegura ahora que el Parque del Estrecho no puede ser presa de Gibraltar. “No es la primera vez ni será la última”, advierte.
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