El Ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, expuso claramente a [su homólogo español] Margallo – por escrito y en acuerdo con el Gobierno de Gibraltar – que su propuesta para conversaciones ad hoc no suponía la reunión de cuatro interlocutores (el Reino Unido, España, Gibraltar y las autoridades regionales andaluzas) junto con la Comisión de la UE. El Ministro de Asuntos Exteriores señaló específicamente que su propuesta planteaba que las partes que fuesen relevantes a los asuntos discutidos estuviesen presentes en las conversaciones. En según qué casos, esto implicaría reuniones de dos o tres interlocutores. En otros casos, serían cuatro o más partes. El número de partes no estaría fijado y en ningún caso serían siempre cuatro partes. Por lo tanto resulta engañoso que el señor de Benito haga referencia continuamente a cuatro interlocutores y dé la impresión de que estos cuatro se reunirían en todos los casos, junto con otras partes relevantes según la agenda. También resulta importante recordar que es Madrid la que ha dado la espalda al diálogo con Gibraltar hasta este momento. El Foro Trilateral ya existía cuando el actual gobierno español resultó elegido, de manera que lo único que tenían que hacer era proponer cuestiones para la agenda y acordar una reunión. Las preocupaciones expresadas por España con respecto a que en este Foro se pudieran mantener discusiones sobre la soberanía no son más que una cortina de humo, ya que el Gobierno de Gibraltar ha repetido específicamente que no tiene intención de discutir la soberanía con España, del mismo modo que el gobierno español no tiene intención de discutirla con Gibraltar. Por lo tanto, España podría simplemente haber retomado el Foro con el Reino Unido y Gibraltar en lugar de abandonarlo. Además, la política adoptada por Madrid de no solo dejar el Foro, sino también de volver atrás en el tiempo y deshacer acuerdos firmados en él, plantea cuestiones mucho más graves. Las declaraciones del señor de Benito vuelven poner de manifiesto que las largas colas en la frontera tienen un origen político. Esto demuestra sin lugar a dudas que las medidas adoptadas en la frontera responden a una motivación política y, por lo tanto, son ilegales. Un portavoz del Gobierno de Gibraltar manifestó: “Madrid ha cometido un grave error de juicio al abandonar el Foro Trilateral. La situación actual ha surgido a raíz de esta decisión que adoptó el gobierno [español] hacia finales de 2011, cuando el Partido Popular accedió al poder. Es anterior al llamado “conflicto sobre la pesca” y la creación del arrecife para proteger el medio marino. La falta de diálogo y comunicación formal entre España y Gibraltar ha supuesto la ausencia de un foro en el cual poder discutir las cuestiones y comprender mejor las posturas de cada parte con respecto a ellas”.