Aunque a trancas y barrancas y con algún que otro incidente de dispares diagnósticos entre las patrulleras de la Roca y nuestros pescadores y la intermitente presencia haciéndose notar de la Guardia Civil, las relaciones entre Gibraltar y España, bastantes más tensas y deterioradas desde que el PP Ahí seguían en un tira y afloja verbal y comunicados que eran brindis al sol para la galería y tapabocas, hasta que llegó el pasado 24 de julio y a las once y media de la mañana y con la mar en calma, sin armas, sin patrulleras, sin avisos ni sirenas, un remolcador de grandes dimensiones y bandera británica se situó a unos 60 metros de la costa española y a 100 metros de la pista del aeropuerto de Gibraltar, y desde cubierta comenzó a arrojar bloques de hierro y hormigón, algunos con pinchos y otros más lisos, con forma de cubos de un metro y medio de lado.
Ahora hay 75 ocultos por las turbias aguas de la bahía de Algeciras, en el fondo del mar. Y a por obra y no gracia sino guasa provocadora y calculadora del ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo el conflicto que comenzó en plan pesquero asimismo por obra y en este caso “fiebre” medioambiental, tomó unos derroteros y una dimensiones cuyo final y alcance son imprevisibles. Y en base a esto, erigimos como”Personaje” de la semana al ministro principal de la colonia inglesa de Gibraltar, Fabían Picardo pero como observaran el título va preso de las infamantes comillas ganadas a pulso por el nieto de la española que con independencia de sus intenciones, él mismo se lo ha puesto y lo ha puesto muy difícil la salida del conflicto mientras sigan en el fon del mar los 75 “regalos” de hormigón.