IAM|N.G. Chloe Jennings-White, una estadounidense de 58 años, desea desde pequeña ser discapacitada, por lo que incluso ha contactado con un médico para que le quite los nervios ciático y femoral.
Sin embargo, como no puede costearse la operación, Chloe vive en una silla de ruedas sin sufrir ninguna lesión, e incluso practica deportes de riesgo con la intención de hacer su sueño realidad.Una mujer de Estados Unidos desea experimentar cómo es la vida de una persona en silla de ruedas, por lo que está dispuesta a pagar a un médico para que le ayude a cumplir su sueño: ser discapacitada.Como recoge Daily Mail, desde su infancia Chloe Jennings-White ha intentado sin éxito quedarse en silla de ruedas. En el año 2010, incluso contactó con un médico en el extranjero que estaba dispuesto a ayudarla cortándole los nervios ciático y femoral, pero no pudo costear los cerca de 19.000 euros de la operación.Chloe, de 58 años y residente en Salt Lake City (Estados Unidos) ha declarado que “algo en mi cerebro me dice que mis piernas no deberían funcionar. Tener cualquier sensación en ellas sólo me hace sentir mal”.Durante años ha guardado en secreto su deseo, pero ahora lo proclama a los cuatro vientos a pesar de la intolerancia social. Jennings-White ha tenido que soportar insultos, y en ocasiones, amenazas por querer tener una discapacidad que no tiene.Todo comenzó cuando tenía 4 años, después de visitar a su tía, que utilizaba unas prótesis en la pierna tras sufrir un accidente de moto. Desde aquel momento, Chloe ha querido vivir como una discapacitada. “Me preguntaba por qué no nací así y sentí que algo no estaba bien”, ha asegurado.Jennings-White ha vivido su anhelo en secreto durante décadas, y fingía estar discapacitada cuando estaba sola. Incluso ha practicado deportes de riesgo y ha trapado muchos árboles con la esperanza de dañarse las piernas.Ahora, Chloe disfruta de la emoción del esquí alpino y fantasea con la posibilidad de poder caerse y sufrir graves lesiones en sus extremidades. “Esquío muy rápido en las carreras más peligrosas”, ha afirmado.”Realizar una actividad con la que tenga la oportunidad de convertirme en discapacitada me da una sensación de alivio. Mis amigos y familiares se preocupan por mí cuando esquío, ya que saben que en el fondo quiero quedarme paralítica”, ha explicado.Chloe tuvo un accidente de esquí real hace siete años, y tuvo una lesión leve en la espalda. Tras el incidente, comenzó a investigar los desórdenes de identidad de la integridad corporal y vio que mucha gente pensaba igual que ella. Por ello, participó en una investigación llevada a cabo por el psiquiatra Michael First, que en 2008 y le recomendó usar una silla de ruedas de manera habitual.Al principio, Jennings-White la usaba en la intimidad, pero ahora Chloe pasa la mayor parte de su tiempo sentada en la silla de ruedas e imaginándose el accidente que por fin haga realidad su deseo. “Cada vez que estoy conduciendo, en cierto modo recreo accidentes en mi mente con los que podría quedarme paralítica”, ha admitido.