IAM|ddc( DiariodeCádiz)
Existe un campo de batalla secreto donde nada es lo que parece. Un ejemplo, ese anónimo Seat, color hueso, sucio de polvo y deyecciones de pájaros. Uno más entre los 20.000 vehículos que, diariamente, atraviesan el recinto portuario de Algeciras o aparcan en él.Tampoco aparenta nada de peculiar el furgón Mercedes que ahora rebasa al turismo. Una paquetera más, anodina y laboriosa. Sin embargo, cuando la camioneta pasa junto al Seat, reduce considerablemente su velocidad. Entonces, sucede. Unos pequeños gálibos en la parte superior del furgón emiten destellos de luz estroboscópica. Es la señal. Los funcionarios de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) saben que el medusa anda de caza.En la cabina del furgón, dos agentes de Vigilancia Aduanera, José Luis Vázquez e Inmaculada Díaz, se atarean ante una consola ultraplana. En segundos, el monitor revela una imagen espectrográfica del Seat al que acaban de superar. Ambos especialistas advierten enseguida anomalías en la carrocería del coche pesquisado.”Aquí y aquí”, dice José Luis Vázquez, apuntando con su índice al maletero y al suelo bajo el asiento posterior del coche examinado. Lo del capó es hachís, seguro. Esa densidad es de droga. Lo de abajo parece material orgánico. Pero también hay un eco de sólido”.Los especialistas fiscales descienden de la cabina. Su uniforme operativo azul marino y las pistolas en sus fundas de cadera indican que la cosa va en serio. Enseguida se les suma Miguel Gil, jefe adjunto de Vigilancia Aduanera en Algeciras y tan avezado en estos menesteres que ya trae abierta una afilada navaja con hoja templada al tungsteno, un útil imprescindible para lo que se avecina. Francisco Javier Bello, jefe adjunto regional en Sevilla de Vigilancia Aduanera, fotografía el proceso para documentarlo.En cinco minutos, los funcionarios aduaneros registran el vehículo. Once kilos de aceite concentrado de hachís en tabletas viajan ocultos en un doble fondo del maletero, justo donde reveló el escáner móvil.La sorpresa surge en el otro escondrijo, el practicado bajo el falso suelo del automóvil. Allí aparecen diez cartones de tabaco rubio de contrabando, junto a una pistola HK Compact, calibre 9×19 mm Parabellum, una automática cara y sumamente eficaz. El MedusaZBV-Clase C ha demostrado su eficacia. Nada escapa a su control.Medusa es la clave que AmericanScience & Enginering (AS&E), otorgó a su proyecto para diseñar furgones dotados con escáneres móviles por retrodispersión. Lo tomaron prestado de la criatura mitológica, cuyo nombre significaba “guardiana”, en griego clásico, y cuya cabeza protegía contra el Mal, a quien la lucía sobre su escudo. La firma AS&E produce dos tipos de vehículos: un camión blindado militar con remolque para detección de explosivos (ZBV Military Trailer) y la furgoneta camuflada policial (Z Backscatter Van), esta última en tres versiones distintas.El Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EEUU, encuadrada dentro del FBI, despliega ya varios medusas en los estados fronterizos con México. La AEAT española pondrá en activo su furgón escáner mañana, lo que convertirá a Andalucía en el primer territorio de Europa donde opera un vehículo de semejantes características.Dicha asignación responde a una orden del propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, conocedor de que el ingente tráfico marítimo de los puertos andaluces y la vecindad de esta región con África, la convierten en la primera línea contra los principales tráficos ilícitos: armas, drogas y tabaco.La retrodispersión es la última tecnología en reconocimiento no intrusivo y difiere de los convencionales escáneres de rayos X. Estos emiten un flujo de radiación electromagnética que atraviesa el objeto examinado y se recoge en un detector distinto a la fuente emisora. La imagen lograda muestra una gráfica de la diferencia entre radiación enviada por la fuente y la leída por el sensor, una vez restada la dosis radioactiva absorbida por la masa inspeccionada.Sin embargo, en la retrodispersión el escáner emisor actúa también como detector. De hecho, analiza los parámetros de la emisión, una vez ésta rebota sobre el material investigado y los traduce en una imagen gráfica de alta resolución. Esto se logra mediante un difusor del haz emitido, que dispersa las partículas sobre la materia examinada, en ángulos superiores a 90 grados. Sus ventajas son múltiples: emisión de bajos niveles radiactivos; posibilidad de chequear grandes masas; capacidad para hacerlo desde un vehículo en movimiento (velocidades de trabajo de hasta 10 kilómetros/hora); y, finalmente, consecución de gran detalle en cuanto a la detección de los materiales blandos u orgánicos, que pueda ocultar dentro el objetivo.La inspección del narco-coche es una de las pruebas que Vigilancia Aduanera desarrolla para capacitar a sus operadores del sistema. Estos funcionarios han seguido un curso de un mes en técnicas operativas y deben además ser certificados para tales cometidos por el Consejo de Seguridad Nuclear. Los únicos testigos de esta última jornada de evaluación -a excepción de los investigadores actuantes y del periodista del Grupo Joly- son un trío de altos responsables de la AEAT, encabezados por el Jefe de la Dependencia de Aduanas e Impuestos Especiales para Andalucía, Ceuta y Melilla, José Carlos Arobes Aguilar-Galindo, a quien acompañan la Jefa de la Aduana de Algeciras, Nuria Carracedo, y su adjunta, Begoña Hernández.”El plan de trabajo para el furgón abarca a toda Andalucía”, explica a este diario José Carlos Arobes. Primero, pasará un tiempo aquí, en el Campo de Gibraltar y la aduana de La Línea con el Peñón. Luego, extenderá sus actuaciones a Sevilla, Huelva y Málaga, para seguir por el resto de las provincias. El cometido variará según las necesidades operativas”.Esta furgoneta detectora camuflada es sólo una de los mecanismos que la Administración del Estado acaba de implementar en su lucha contra los tráficos ilícitos. El otro está ya en activo desde hace tres semanas: una red de dieciséis cámaras de circuito cerrado de televisión que vigila la valla entre la colonia británica y La Línea.Ambas medidas son la contundente respuesta estatal a las redes delictivas del contrabando de tabaco, ya avanzadas veladamente por el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, tras una reunión con la alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo, el pasado junio. De Torre aludió entonces, críptico, a que dicha ciudad contaría “desde el primer día con todos los resortes de los que el Gobierno dispone”.El contrabando de tabaco desde Gibraltar se ha disparado en el último trienio, orquestado por redes delictivas, peligrosas y bien estructuradas, que han llegado a apedrear a los aduaneros de la frontera hasta en dos ocasiones.Los datos no mienten. En 2012 se decomisaron en Andalucía 3.572.000 cajetillas. Eso significa un fraude a las arcas estatales de 13.430.000 euros. Pero apenas en el primer trimestre de 2013 ya se han requisado otras 764.000 cajetillas, con un daño al Tesoro Público que supera los 2.873.000 euros. Una puñalada al corazón de la maltrecha economía española.