IAM/Opinión
En pocas ocasiones y nos atrevemos a decir que en toda la historia de la Democracia en España, ha habido un Personaje con un protagonismo indeseado que en el caso de la hija menor del rey de España, la Infanta Elena, esposa del que fuera jugador de balonmano del Barcelona, Iñaqui Undangarin que es donde la duele a la Casa Real y por donde le viene a la Infanta Cristina la imputación por “cooperación necesaria” en el llamado caso Nóos. Según del juez Castro ” existen indicios de que prestó su consentimiento a que el parentesco con el Rey fuera utilizado”. Noticia “bomba” en torno a la cual pocos creían que pudiera darse pero que ahí está como gran aval de que la “Justicia es igual para todos”. Afirmación que hizo el Rey de España en su mensaje de Navidad del 2011 y que el juez Castro ha hecho suya y que es en eso precisamente en lo que fundamenta la imputación de doña Cristina. Juez José Castro se aparta así del criterio del fiscal, con el que ha actuado en absoluta sintonía a lo largo de todo el proceso sobre los negocios de Urdangarin, pero que ahora se muestra contrario a la imputación de la Infanta.