IAM/Opinión La alarmante encuesta que conocimos ayer del barómetro-sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) del año 2013 es pre-Bárcenas, pues se realizó antes de publicarse en El País los papeles secretos del Tesorero del PP. Antes de que el Gobierno de España estuviera en el peor momento de descrédito de la historia de la democracia española. El desplome del PP es evidente y la malísima puntuación que el sondeo otorga ahora al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, puede significar su dimisión en el próximo, si el PP no encuentra la forma de salir del pozo del escándalo. Rajoy está tocado, yo diría casi hundido. Y este barómetro también confirma el peligro de italianización que nos acecha y la crisis del bipartidismo. El imparable adelgazamiento de los dos grandes partidos sobre los que se asienta el sistema (pilar derecho y pilar izquierdo) es un síntoma, y está provocado por la creciente falta de confianza en la clase política. Lo único que realmente no para de subir en la intención de los votantes es el del desaliento, medido en el creciente número de españoles convencidos de que en las urnas no se les ha perdido nada. El pesimismo sigue al alza, encuesta tras encuesta, y la confianza en los gobernantes es cada día más baja. El barómetro del CIS constata la inmensa brecha abierta entre el poder político y los ciudadanos.Si vemos datos concretos: el partido en el poder (PP) baja diez puntos en un año, pero la alternativa (PSOE) apenas si sube dos respecto a su hundimiento en las últimas elecciones generales. Mientras sus respectivos líderes, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, siguen cayendo en el ranking de la valoración ciudadana. Y, en paralelo, siguen creciendo los partidos pequeños de escala nacional (IU y UPyD), anticipando la fragmentación de un espectro político hasta ahora bipartidista.En esas condiciones no hay razón para que el PSOE se frote las manos por haber recortado la distancia con el PP en más de 11 puntos en un año y su líder esté mejor valorado que el presidente del Gobierno. En un apagón da lo mismo ser ciego que ser tuerto. Sin embargo, los socialistas deberían aprender la lección que se desprende del epígrafe dedicado a los valores identificables con la derecha o con la izquierda por este último barómetro del CIS. Los españoles identifican mucho más con la derecha conceptos como tradición, orden o eficacia. Y con la izquierda conceptos como solidaridad, tolerancia y honradez. Para finalizar, lo que resulta evidente en este y otros sondeos publicados esta semana es que los políticos tienen que dar pasos para hacer las cosas de forma diferente. Además resulta ya apremiante ir hacia un nuevo pacto de convivencia similar al de nuestra transición democrática, antes de que la triple crisis actual (económica, política e institucional) haga irreversible el colapso del sistema.