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Esta semana el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha hecho una observación que exige una reflexión. Dijo: “Pretendemos acabar con el ancien régimen”.
La derecha española y el PP consideran el ancien régime al sistema levantado durante los 20 años de Gobierno socialista. Aunque criticable en algunas cosas, también tuvo logros tan importantes como el poner en pie un sistema político y social menos injusto, promoviendo el desarrollo de un Estado de Bienestar y facilitando la prodigiosa modernización del país. Según el ministro, no pretenden reformar todo, sino traer un nuevo régimen de derecha. Una nueva dirección política, que no pretende transformar lo anterior, sino revolucionarlo como hizo en los años ochenta Margaret Thatcher y los neoliberales. Todas las medidas tomadas por el Gobierno actual en esta legislatura pretenden acabar con la superestructura política anterior a su llegada al poder. Lo dicho por el ministro, no es una ocurrencia ni una frase para la prensa, va muy en serio. Como muestra las medidas que está adoptando el Gobierno de Rajoy en sanidad, educación, justicia, en relaciones laborales y en la gestión social. Incluyendo el debilitamiento del Parlamento, una institución cada día más desairada y humillada por su mayoría absoluta. Y finalmente, esta semana le ha tocado a las pensiones, que decían eran intocables. Está muy claro lo que pretende el PP, primero reformar, después cambiar y finalmente arrasar. Dicen como en el dicho popular: “Antes éramos vanidosos, ahora nos curamos y somos perfectos”. Así es la derecha.