TCAM-JEREZ/M.J.R.
El próximo lunes se cumplirán dos décadas desde que el Aeropuerto de Jerez de la Frontera asistiera a la inauguración de su actual edificio terminal, un proyecto auspiciado al calor del crecimiento del tráfico aéreo durante los años 80 y que requirió una inversión superior a los 2.700 millones de pesetas (16 millones de euros); generando en la actualidad actividad para un centenar de empresas y 1.200 empleos.
El Aeropuerto de Jerez ha sido “paradigma” de la revisión vivida por el concepto de aeropuerto, ya que estas infraestructuras han dejado de ser meras canalizadoras del tráfico aéreo, para configurarse como verdaderos centros de negocios, enriqueciendo su aportación a las economías locales.
En el aeródromo jerezano, en cuyas instalaciones operan alrededor de un centenar de empresas y 1.200 trabajadores, esa transformación ha venido de la mano de varios hitos. Entre ellos, la implantación en 1998 de Flight Training Europe (FTE). Especializada en la formación de pilotos y controladores aéreos, la actividad de esta escuela explica buena parte del notable crecimiento de las operaciones en el Aeropuerto.
También es destacable la evolución y diversificación de la oferta comercial y de restauración (con una creciente presencia de marcas con arraigo en la zona), la puesta en funcionamiento de dependencias destinadas a uso externo (una sala de reuniones para encuentros de negocios, por ejemplo) o el impulso que se le ha dado a la actividad industrial.
En relación con este último aspecto, el Aeropuerto de Jerez ha dispuesto cerca de 1.500.000 metros cuadrados de terrenos aledaños a sus instalaciones para el desarrollo de un polo aeronáutico, que será considerado enclave del Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía (Aerópolis) y en el que la empresa Carbures ya está levantando una planta para la producción de estructuras de fibra de carbono.
Historia del aeropuerto de Jerez
Según han recordado desde el aeródromo jerezano en un comunicado, el 7 de mayo de 1992 marcó un punto de inflexión en la historia de esta infraestructura, pasando “a la modernidad” con la puesta en servicio del nuevo edificio terminal y otras instalaciones complementarias, como la plataforma de estacionamiento de aeronaves, la calle de rodadura, la central eléctrica y las dependencias para el SEI, sentando así las bases de lo que sería el desarrollo posterior del Aeropuerto, que en 1993 dejaría de ser base militar.
Desde entonces, la cifra de pasajeros se ha triplicado, y la de operaciones se ha multiplicado por cinco; mientras la configuración de la programación de vuelos ha sido un reflejo fiel de ese desarrollo.
Si en 1992-1993 todas las rutas que se explotaban desde Jerez eran nacionales, en la actualidad operan alrededor de 14 compañías aéreas a lo largo del año, y se mantienen conexiones (regulares y chárter) con una veintena de ciudades españolas y europeas.
Así, en torno al 59 por ciento de los pasajeros tiene origen o destino en territorio nacional, mientras que el tráfico internacional se concentra en el mercado alemán y, en menor medida, el británico, suizo, austriaco, holandés, luxemburgués, belga e islandés.
Época dorada
Entre 2000 y 2007, este aeródromo vivió “una auténtica época dorada”. La favorable coyuntura económica y el auge del transporte aéreo tras la liberalización de este sector contribuyeron a que la actividad del Aeropuerto de Jerez alcanzara su punto álgido a finales de ese periodo: 1.607.968 pasajeros y 50.374 vuelos.
Este escenario planteó la necesidad de acometer un proyecto de mejora, que diera a las instalaciones capacidad suficiente para absorber el crecimiento futuro. Dicho proyecto abarcaría, además de una ampliación del edificio terminal, otras actuaciones de calado en el campo de vuelos.
Gracias a ello, y a una inversión cercana a los 80 millones de euros, el Aeropuerto de Jerez afrontó entre 2005 y 2010 la segunda transformación más importante de su existencia, alcanzando capacidad operativa para atender a cerca de tres millones de pasajeros anuales.
La crisis internacional que se desencadenó a mediados de 2008, y su repercusión en mercados tradicionalmente emisores de turistas hacia la Costa de la Luz han pasado factura a las estadísticas de tráfico. Precisamente como respuesta a esta coyuntura, la dirección del aeropuerto y las instituciones locales encargadas de la promoción turística y de negocios han reforzado la colaboración que venían manteniendo hasta ahora, con el objeto de captar e incrementar el interés de las compañías aéreas y turoperadores por este destino.
En este marco se han conseguido logros como la ampliación de la temporada por parte del turoperador TUI o la recuperación de los vuelos con turistas islandeses, entre otros.