Tal y como nos cuenta Jose Antonio Torres Galán, carretero y socio de la caseta La Lola y su Punto la Delegación de Feria y Fiestas nos convocó ayer lunes a todos los carreteros a una asamblea con carácter de urgencia con el motivo Organización de la cabalgata de feria y en la cual Pepe Arroyo en representación de dicha Delegación nos comunicó los siguientes cambios en la cabalgata.
En primer lugar se nos comunica que la concentración de las carrozas antes de su salida no será en el llano amarillo como ha venido siendo estos años atrás sino que nos mandan al descampado que hay detrás del Club Náutico el Saladillo.
En segundo lugar, Feria y Fiestas pretende que lo tengamos todo preparado para las seis de la tarde, hora en la cual deberemos trasladar las carrozas al Control Sur de la Isla Verde. Una vez allí pretenden que las carrozas se desplacen de cuatro en cuatro hasta la rotonda donde antes estaba la escultura de Paco de Lucía para desde allí comenzar con el desfile oficial de la cabalgata que debe comenzar a las ocho de la tarde.
Por último decir que este traslado hasta la rotonda lo deberemos hacer sin contar con la ayuda de la Policía Local para regular el tráfico ya que por lo visto la Autidad Portuaria no lo permite.
Jose Antonio expone que como es de esperar los carreteros nos sentimos indignados por este trato que desde la Delegación de Feria y Fiestas se nos esta dando y es por ello que tras votar en pleno sobre esta situación, hemos decidido que las carrozas no saldrán en cabalgata a no ser que de aquí al próximo miércoles 16 de junio se apruebe alguna de las cinco propuestas opcionales que le hemos hecho llegar a las autoridades competentes
Los carroceros esperamos que en la próxima asamblea del miércoles podamos llegar a un acuerdo a la vez que pedimos que en ella esté presente el alcalde Tomas Herrera, la delegada en funciones de Feria y Fiestas así como representantes de la Policía Portuaria y Local, y que no nos manden a un simple empleado (sin ánimos de ofender) como ha sido el caso de Pepe arroyo, el cual se ha comido todo el marrón, concluye Jose Antonio Torres Galán.